Se extiende la crítica televisiva. ¡Ah! Es un ejercicio sanísimo. El otro día, en el salón de Pedrito, La noche abierta (La 2), Sabina dedicó unas perlas cultivadas a la telebasura. Dijo: "Esa tele es lo soez elevado a categoría. La basura es peor que la censura. A la censura te enfrentas, pero la basura se te mete en casa por todos los rincones. No sabemos cómo luchar contra ella. Yo tengo mucho más sentido del humor que Sardá. Me he reído mucho más que él. Y que no me toque los cojones", y al ser preguntado sobre si veía el Hotel Glam , rubricó: "Lo veo. Me gusta saber de qué vomito". Y acabó con este epitafio: "Viva el silencio. Viva la palabra. Muera la telebasura". Interesante ejercicio crítico el de Sabina. Tiene una ventaja, y una fuerza moral, superior a la de otro admirable crítico que de pronto ha surgido de lo más profundo del alma de Aznar. Mientras el cantante tiene su tejado limpio de porquería televisiva, el presidente mantiene basura en varios informativos de la teles que controla, en particular TVE-1. Ya lo dice el sabio refranero: la mejor limpieza comienza en el propio domicilio.

Famosetes y farándula. -- En La quinta esfera plantearon esta pregunta: "Si los célebres pertenecen al Olimpo de los famosos, ¿a qué mundo pertenecen los famosetes?". Tremendo: la respuesta correcta fue "al mundo de la farándula". Este concursito repartirá mucho dinero, no lo niego, pero su estrabismo y su ignorancia son infinitas. Nada tienen que ver los famosetes con la honorable farándula.