Frunciendo el ceño, molesta y mosqueada, le dijo Aida a Merceditas Milá, el jueves, en el segundo show de expulsiones de la jaula Gran hermano (Telecinco): "¿Qué España no es racista? Pues mira, ahí te lo están diciendo", y en la pantalla electrónica del plató salía el nombre Luhay, el joven ceutí, con más del 80% de los votos. Es decir, por inmensa mayoría, arrojado a la calle. Aunque el negocio de este concurso consiste en salir de la ratonera cuanto antes y pasar a rodar por los programas, que es donde se gana pasta de verdad, ya hay quien interpreta que las dos primeras expulsiones (Aida, de raíces jordanas, y Luhay, musulmán) demuestran que el racismo tiñe la quinta ratomaquia. Quizá por eso Merceditas Milá, anonadada, se apresuró a saludar al expulsado diciéndole "Salam malecum", frase que estuvo practicando con un profesor bereber que le ha puesto la cadena, todo el fin de semana. Hombre, visto el juego que han repartido Aida y Luhay en la jaula, no es tan extraño que hayan sido los primeros en salir disparados. Lo del racismo, francamente, parece fuera de lugar. Si no fuera así, cabe coincidir plenamente con Moha, amigo del expulsado, que dijo: "Espero que lo hayan echado por mal concursante. Si fuera por otra cosa, me quedo en mi casa, cierro la puerta, y no salgo más".

El paraíso y Mas --. Antes y después de su deportivo viaje a Lausana, Artur Mas (candidato de Convergencia i Unio (CiU) a la presidencia de la Generalitat de Cataluña) ha sido entrevistado en Madrid. Primero estuvo con Carlos Dávila (El tercer grado , La 2). Fue lo de siempre. Preguntas del tipo "¿Qué queda de España?" y cosas así, que preocupan a Dávila. La de ayer, con Montserrat Domínguez (Telecinco), fue mucho más interesante. Hablaron de esa pintoresca idea de que los deportistas catalanes sean también andorranos. Montserrat Domínguez le auguraba largas colas de aspirantes porque Andorra es un paraíso, fiscalmente hablando. Quedó touché el candidato.