Votar por uno de los participantes de concursos como OT o Gran Hermano , defenderse de alguno de los ataques vertidos en Aquí hay tomate (Tele 5) o participar en un sorteo de ¿Dónde estás, corazón? (Antena 3 TV) por teléfono es, desde el 1 de agosto, más caro. Las llamadas a los números que empiezan por 905, los más utilizados por los programas, han aumentado su coste en un 30%.

Según datos de la empresa InfoAdex, las cadenas se embolsaron en los seis primeros meses del 2005 un total de 24,4 millones de euros en concepto de SMS y llamadas a las líneas 905 y 806. Las dirigidas al 9054 cuestan ahora 0,95 euros (frente a los anteriores 0,75) y las del 9055 han pasado de los 0,27 a los 0,35 euros. El usuario paga un importe fijo desde el primer segundo de conexión, con un límite máximo de tres minutos. Del coste abonado, un 84% va a parar a la cadena o al anunciante y el 16% restante, a la operadora.

"El beneficio de A-3 TV al año por este concepto es anecdótico en el total de ingresos de la cadena, porque más del 90% de la facturación procede de la publicidad", explica un portavoz de la tele privada. Y añade que han optado por los números 905 frente a los 806 porque estos implican una tarifa excesiva para el telespectador.

PRECIOS LIBERALIZADOS

Las tarifas de este tipo de servicio están liberalizadas y no se rigen por los parámetros dictados por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Por lo tanto, las empresas de telefonía tienen manga ancha para encarecer el producto. "El aumento responde a necesidades de mercado, porque este es muy limitado", defiende un portavoz de Telefónica, que añade que los precios de los números 905 nunca se habían revisado desde su creación, en 1992.

Las asociaciones de telespectadores aún no han recibido quejas por la aplicación de las nuevas tarifas. Las reclamaciones siguen relacionadas con la poca información sobre el coste de la llamada. "Pedimos a las teles que los rótulos sean más grandes y que los mantengan más tiempo, aunque no nos hacen mucho caso", admite Angeles Pérez, de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC).