La unión de las televisiones y la industria discográfica es un negocio redondo. Cuatro de los 10 discos más vendidos del momento corresponden a programas de TV o relacionados con ellos: David Bisbal, que ocupa el primer puesto de la lista, Los Lunnis (segundo), Fran Perea (quinto) y el álbum Eurovisión 2004 (noveno). También están los 8.700.000 discos vendidos de Operación Triunfo , cifra total correspondiente a 88 CD, 40 de ellos correspondientes a galas.

La fórmula funciona tanto en el terreno de los discos grabados por concursantes de espacios musicales (como Operación triunfo ), o por actores de series. Fran Perea, de Los Serrano , lleva 210.000 discos vendido, el primer álbum de Upa Dance alcanzó los 500.000 y Paco y Veva colocó 29.000 en una semana.

También han funcionado las recopilaciones de viejos éxitos que se ponen a la venta bajo el nombre de distintos programas. Así, Crónicas marcianas ha vendido 1.417.000 ejemplares de 18 títulos distintos, Caiga quien caiga vendió 416 de cinco títulos y Gran hermano , 422.000 de cinco álbumes. Tanto de unos como de otros, las cadenas se llevan alrededor del 15% del precio de cada disco.

Borja Casani, director del sello independiente El Europeo, denuncia que "el efecto más perverso es que no se crea afición a la música, pues los discos que se hacen así son productos de usar y tirar, y el resto de la música, que es el 98%, se queda fuera del juego".