Con nocturnidad y alevosía con el ganado vacuno (como diría el genial dúo cómico Tip y Coll) se ha dado la puntilla a las corridas de toros en TVE. Hace unos días, una subcomisión parlamentaria aprobó el denominado mandato marco de RTVE, contrato programa por el que se regirá la flamante corporación durante los próximos nueve años. Y este mandato no señala una partida concreta para la información taurina. Así, la dirección de la tele pública no tiene la obligación de realizar corridas de toros.

Y si tenemos en cuenta el precedente (TVE no ha emitido ni una en todo el 2007), el futuro de los toros es muy negro en una televisión que nació en pruebas con una corrida, y que en sus 50 años de vida ha sido el estandarte de la fiesta nacional, con la banda sonora del inigualable Matías Prats.

Pero este tema parece que se lleva en secreto, ya que quien lo ha aireado ha sido la Mesa del Toro, plataforma de defensa de los intereses taurinos que está moviendo cielo y tierra para proteger sus intereses, con razones tan peculiares como que las corridas son el segundo espectáculo de masas tras el fútbol, que generan un negocio anual de 2.500 millones de euros y que son un activo cultural.

Los tiempos cambian, y quizá es verdad que saciar la pasión taurina no sea la primera obligación de una tele pública progresista y moderna. Pero sorprende cómo TVE está soltando lastre del pasado. ¿Por qué no se dice claramente que los toros son una salvajada, un espectáculo especialmente violento, y que el horario de este ritual atávico (cinco de la tarde) coincide con la franja de mayor protección para con la audiencia infantil? (aunque la Mesa del Toro tenga estudios que niegan que provoque efectos negativos en los niños ver cómo se acuchilla a un ser vivo). Parece como que hubiera mala conciencia en TVE. O puede que sea una táctica de hechos consumados para torear así al lobi taurino. No es necesario.

Hoy por hoy, no hay que plantearse si TVE debe o no retransmitir corridas de toros. Si estos espectáculos realmente interesan, y por tanto es un negocio audiovisual, seguro que las privadas, siempre tan sensibles a la audiencia, cogerán el toro por los cuernos. Como, por cierto, ya hace Digital+.