Pepe Navarro tiene las horas contadas en TVE-1. Un portavoz de la cadena reconoció ayer que Ruffus y Navarro, el show nocturno con el que presentador volvió a la pequeña pantalla, está en el aire y que su continuidad depende "de los resultados que obtenga hoy " (por ayer), sumados a los de la última semana. Un eufemismo, ya que el programa se mantiene por debajo de las expectativas que se crearon cuando se anunció el proyecto. Si, finalmente, los responsables de la cadena optan por retirarlo, una decisión que puede tomarse hoy, Navarro ya no estará en la programación el próximo martes.

"Si estuviera en una cadena privada, sería líder el primer día", aseguró Navarro en la presentación del programa, un día antes de su estreno el 29 de noviembre, en alusión a los límites en los contenidos que le impuso la primera cadena. El objetivo de ser líder en su franja horaria lo consiguió el primer día de emisión, con 1.711.00 espectadores y un 20,4% de cuota de pantalla.

Pero la alegría duró poco y a partir del segundo día comenzó a perder seguidores y puntos de share hasta alcanzar cotas que apenas han superado el 9%. Finalmente, la media conseguida (826.625 espectadores y el 14,6% de cuota de pantalla) es insuficiente para mantenerse.

CARRERA ACCIDENTADA

El show blanco que Navarro ha pretendido hacer no ha conseguido atraer la atención del público. El programa, del que se habían presupuestado 39 emisiones (por las que el director y presentador tenía que cobrar algo más de un millón de euros), se ha quedado a mitad del camino con tan sólo 17 entregas.

De nada le ha servido a Navarro el recurso al estilo que le hizo triunfar con La sonrisa del pelícano o Esta noche cruzamos el Mississippi . Al contrario, la insistencia en las formas de hace años se ha convertido en una losa que le ha impedido mantener la audiencia del primer día.