Al poco de entrar en la casa de Guadalix de la Sierra, el torero Martín Pareja Obregón se acercó a Brito Arceo (Santa Cruz de Tenerife, 1963) con una cara de guasa impresionante. El exárbitro le miró extrañado, pero cuando el diestro le dijo que era un sevillista de pro, lo entendió todo. Sólo quería felicitarle por el arbitraje del Camp Nou en 1989. Ese partido le persigue hasta en la casa del Gran hermano VIP, en la que Brito continúa una trayectoria marcada por los escándalos, desde su etapa arbitral hasta su pésima carrera como empresario. Ahora, ha interrumpido su tarea como concejal de Patrimonio del PP en su ciudad natal para adentrarse en la fauna del Gran hermano VIP , con compañeros como Kiko Matamoros, Lara Rodríguez y King Africa.

Ocurrió hace 15 años, pero nadie lo ha olvidado. El 30 de diciembre de 1989 Brito se estrenaba en el Camp Nou como el árbitro más prometedor de Primera. No le pudo ir peor. El Bar§a ganaba 3-1 al Sevilla cuando pitó penalti en una falta de Serna sobre Polster. La acción se produjo tres metros fuera del área. El austriaco marcó y el equipo andaluz remontó en 10 minutos (3-4). El público despidió a Brito con una lluvia de almohadillas, monedas y otros objetos, tras una decisión que le convirtió en el nuevo Guruceta.

El club azulgrana inició una campaña para que Brito no le volviera a pitar. Hasta el presidente del Colegio Nacional de Arbitros, José Plaza, se postuló a favor de sancionar al isleño, que pidió una excedencia. Tres semanas después, la afición azulgrana lanzó un cerdito al campo con una camiseta con el nombre del colegiado. El tinerfeño pensó en abandonar, pero siguió. Estuvo 10 meses sin pitar en Primera y casi tres años sin hacerlo al Bar§a. El 31 de octubre de 1992 dirigió a los catalanes en Las Gaunas, con mejor suerte (1-2).

El Espanyol también vivió las excentricidades del canario. En febrero de 1996, no sancionó una clara agresión a Arteaga en un Espanyol-Atlético (0-2). La afición le despidió con un naranjazo, por el que cayó fulminado. Dos años después, en un derbi barcelonés en el Camp Nou expulsó a Camacho, entonces técnico blanquiazul, y le dijo que "estaba haciendo el payaso".

ACOSO DE ACREEDORES

Si en el campo tuvo problemas, no le fue mejor en sus negocios. Acosado por las demandas y los acreedores, dejó el arbitraje en enero del 2000. Hace dos años, se incorporó al PP y ahora trabaja como concejal, aunque aún tiene embargado parte de su sueldo. Tras lograr el permiso de Cristina Tavío, presidenta del PP tinerfeño, entró en la casa con la obsesión de ganar los 60.000 euros del premio. Sus compañeros ya le nominaron el pasado jueves, aunque al final le salvaron los capitanes de los equipos. "Soy frío y calculador, pero noble. Todos tenemos un ego que demostrar", comenta.

El regreso de Brito a las pantallas también ha servido para disparar los rumores sobre su vida personal. Divorciado desde hace cuatro años y con una hija, se encuentra actualmente sin pareja. Aunque Rosario Mohedano, sobrina de Rocío Jurado, le acusa de perseguirla todo el día en la casa, algunos programas ya debaten sobre su presunta homosexualidad, quizá recordando uno de los cánticos que le tocó aguantar en los estadios en su época de arbitraje: "¡Brito Arceo, maricón y feo!".