Sobre la mesa de los forenses televisivos más acreditados hay ahora mismo tremendas y sangrantes cartas. Esperan ser abiertas en breve. La masa aguarda expectante. En Crónicas marcianas (T-5) llevan una semana escalfando el ambiente sobre unas misivas eróticas e inflamadas que supuestamente mandó la difunta Encarna Sánchez a Mila Ximénez, hace 10 años. En la madrugada de ayer, Sard montó un tremendo aquelarre con todos los implicados. A saber: el abogado Rodríguez Menéndez, depositario tenedor de las epístolas; Coto Matamoros, encargado de ponerlas a la venta y hacerlas circular, y Mila, supuesta destinataria, que asegura no haberlas recibido jamás. Notamos nerviosismo en las partes implicadas. Parece que no se perfila todavía un comprador claro --se habla de 500.000 euros-- y eso ha puesto de muy mal humor a los vendedores y comisionistas del caso. Sard , por ejemplo, expulsó a Coto del plató porque la temperatura subía demasiado. Pero con estas sesiones de Marte se está consiguiendo que no decline la gramática de las cartas. Estamos convencidos de que, expuestas en tan fenomenal aparador, alguien enseguida picará.

Hay otro hatillo de cartas que también aguardan. Las enseñó el otro día Antonio David Flores en Salsa rosa (T-5). Unas son de Rociíto Carrasco, y alguna otra de Rocío Jurado. O sea, cartas de su exesposa y de su exsuegra para tener un completo panorama familiar. Amenazó Antonio David con publicarlas cuando llamó al programa, furioso, Ortega Cano. Y el exguardia civil, dirigiéndose a los periodistas, preguntó: "¿Cuánto pueden valer si las saco, eh? ¿Cuánto?", y una enorme satisfacción se dibujó en su cara.

Es bien sabido que todo lo que se anuncia en la tele se vende a gran velocidad, o sea, que va a ser fantástico: los gusanos de la tumba de Encarna, con tan literario festín a dos bandas, serán gusanos doblemente ilustrados.