Había que hacer algo, estamos de acuerdo. Después de las críticas que le han llovido a TVE por su desinformación sobre el Prestige , tenían que montar alguna cosa. Lo hicieron el martes. Lo titularon Todos somos Galicia (TVE-1). Y se encargó de dirigirlo y presentarlo Pedrito Ruiz. ¡Ah!, en casa tuvimos una alegría enorme. El evento consistió en una sucesión de artistas que salieron a cantar, o a recitar, a fin de recaudar fondos con los que ayudar a paliar la tragedia.

Escenográficamente hablando, fue de una humildad sobrecogedora. Una cortina, una pantalla al fondo, seis sillas a un costado, y Pedrito, de maestro de ceremonias. Fue todo tan improvisado que no tuvieron ni tiempo de llamar a un decorador. Pero miren por dónde, cabe agradecérselo. Hubiera sido horroroso un tinglado al estilo Noche de fiesta , con el ventrílocuo Moreno disfrazado de percebeiro. Pedrito planteó el evento desde la posición del defensa: no se cansó de parapetarse, una y otra vez, toda la noche, diciendo que aquello era espontáneo, voluntarioso, desinteresado, sin consignas políticas, y que la cuenta para mandar dinero no era de TVE, ni gestionada por TVE, sino de las cofradías de pescadores.

O sea, intentó disipar sospechas. Casi lo consiguió. Pero en un momento dado --¡ah!, la carne es débil y nadie es perfecto--, se desmelenó, y se puso como una moto apremiando al abogado Sabin a que recordase la catástrofe del buque Mar Egeo y que la comparase con ésta, la del Prestige "en cuanto a forma de actuación y diligencia" por parte de los gobiernos.

Es decir, que Pedrito acabó metiendo en gala tan desinteresada y apolítica una andanada política de primera. Se le entendió el mensaje perfectamente: no critiquen el Gobierno del PP, que cuando el PSOE gobernaba tampoco lo hizo bien.

Qué lástima: olvidó aquel refrán castellano que reza Mal de muchos (gobiernos), consuelo de tontos (plebeyos). Se le vio el plumero.