Trece mancomunidades extremeñas elaborarán a medio plazo sus propios planes de emergencia ante situaciones de sequía, unos documentos de gestión encaminados a garantizar el abastecimiento de agua a sus más de 534.000 habitantes, independientemente de las circunstancias climatológicas.

Esta es una de las medidas incluidas en los Planes Especiales de Sequía de las cuencas del Guadiana y del Tajo, de los que ya existen borradores que está estudiando en estos momentos el Ministerio de Medio Ambiente. Aún así, las propias confederaciones hidrográficas recuerdan que, según la ley que regula el Plan Hidrológico Nacional, estos planes de abastecimiento deberían estar operativos desde julio del 2005. Es decir, que estas mancomunidades acumulan ya un año y medio de retraso en su elaboración.

Estos planes de gestión elaborados por las cuencas tienen como objetivo básico articular medidas de control, evaluar riesgos y organizar los sistemas de toma de decisiones durante las épocas de sequía. Para ello el Ministerio de Medio Ambiente ha elaborado un modelo común a todas las confederaciones que distingue tres fases en la gestión del agua: normalidad y prealerta; alerta; y emergencia. En cada una de ellas, los planes de sequía deben resolver cuándo y cómo actuar y qué administraciones deben tomar las decisiones.

Planes urgentesY precisamente para que cuando lleguen los momentos de emergencia haya protocolos de actuación ya establecidos, las confederaciones establecen una serie de medidas obligatorias que deben ejecutarse durante los periodos de normalidad.

En este grupo se encuadran 13 nuevos planes de emergencia de abastecimiento, que corresponden a las mancomunidades de Llerena, Zafra, Los Molinos, Lácara Sur, Alange, General del Zújar, Nogales-Jaime Ozores, Valuengo, Tentudía, Alcarrache y las zonas de Cáceres, Plasencia y Rivera de Gata. En total estas mancomunidades abastecen de agua a 534.806 ciudadanos.

Además, estas fases de normalidad en lo referido al nivel de lluvias deben aprovecharse para completar los programas de modernización de los regadíos extremeños, para construir todas las estaciones de depuración de aguas residuales previstas en el Plan Nacional de Saneamiento y para poner en marcha una campaña de concienciación ciudadana que permita reducir el actual consumo de agua.

Conexones preparadasDe forma paralela, en la cuenca del Guadiana debe garantizarse en todo momento una conexión adecuada entre los embalses de Los Molinos, Llerena, Zafra, Nogales y Jaime Ozores. También debe conservarse en buen estado la infraestructura alternativa de abastecimiento en la zona de Fregenal e Higuera la Real y potenciar la recuperación de antiguos pozos de abastecimiento en la zona sur de la comunidad autónoma.

En el caso de la cuenca del Tajo, el Plan Especial de Sequía no ofrece soluciones tan concretas y se centra más en medidas de prevención como la captación de nuevos recursos subterráneos y el diseño de un protocolo de gestión de crisis que establece qué organismo puede actuar en cada momento.

Robustez en el TajoEl estudio previo elaborado por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) señala que "en general es de destacar la robustez (...) de la cuenca frente al fenómeno de las sequías". Una robustez que, por otra parte, la Confederación Hidrográfica del Tajo prevé que se consolide en poco tiempo con las nuevas actuaciones previstas o en ejecución. Entre estas destaca la referida al sistema de abastecimiento a Cáceres, con obras para conectar el embalse de Portaje con el de Guadiloba. Este trabajo, señala la CHT, "mejorará notablemente la garantía del sistema".

Por el contrario, en el Guadiana sí se admiten algunos problemas y se analizan sus posibles soluciones. Así, por ejemplo, se prevé que en fase de alerta se autorice el uso de los pozos de sequía existentes en las Vegas del Guadiana y se preste una especial vigilancia tanto a la calidad del agua como al cumplimiento de los acuerdos con Portugal en este ámbito.

Si la situación empeora y se entra en fase de emergencia, la cuenca del Guadiana establecería una reserva de la demanda estimada para un año, de forma que solo el agua sobrante de esa reserva podría dedicarse al riego. En ese momento también podrían llevarse a cabo pequeños trasvases que llevarían agua del embalse de Los Molinos a las presas de Llerena y Zafra y del de Nogales al de Jaime Ozores.

Zona con problemasMás problemas aún se han detectado en la zona suroeste de la provincia de Badajoz. Tanto que la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) admite que el abastecimiento a las poblaciones "en ocasiones de sequía no se puede garantizar" en los embalses de Valuengo y Tentudía.

Por eso se ha estudiado la posibilidad de que ese abastecimiento se soporte con los embalses del Aguijón y Alqueva, "aunque ambos están lo suficientemente alejados como para ser una solución última".

En el caso concreto de Tentudía, el Plan Especial de Sequía del Guadiana explica que lo ocurrido durante la sequía que sufrió la zona entre 1990 y 1995 demuestra que "aún aplicando las reducciones en los consumos no se puede garantizar el abastecimiento a las poblaciones desde el embalse". En caso de una sequía persistente, los técnicos de la cuenca apuntan que "la alternativa más fácil la representan las aguas subterráneas".

SolucionesEn ese sentido, la reducción de consumo de agua que se produce en situaciones de alerta --en torno a un 20%-- "podría ser compensada con la puesta en marcha de los antiguos pozos de abastecimiento y los nuevos que se están realizando en la actualidad".

En cuanto al embalse de Valuengo, la única solución posible pasa por intentar que "mientras sea posible" el abastecimiento a Fregenal de la Sierra e Higuera la real "se haga a partir de las captaciones de aguas subterráneas".