Cáceres disfrutó con la jornada de ciclismo de altura que vivió con la cuarta etapa de la Vuelta a España 2006. Seguro que no fue la jornada más decisiva de la carrera: se desarrollaba en un terreno llano y era la más corta del recorrido, pero eso no asustó un ápice a quienes decidieron salir a las calles más céntricas de la ciudad para ser también protagonistas del día.

En la organización sorprendía sobre todo un hecho: el fuerte calor que reinó durante todo el día --y sobre todo a la hora programada para la llegada, las 17.30 horas-- no impidió que miles de personas saliesen a la calle. El número de ellas es complicado de calcular, aunque seguro que no fueron menos de 15.000. Los ciclistas entraron por la Avenida de Alemania --donde hace dos años estaba instalada la meta de la última llegada de la Vuelta--, recorrieron el Paseo de Cánovas, subieron sin accidentes la calle Sánchez Herrero --la cuesta de Hacienda -- y enfilalon Gil Cordero y Ruta de la Plata con un ritmo vertiginoso.

EMOCION FINAL Todo esto se vio en la retransmisión televisiva, una de las grandes bazas por las que el Ayuntamiento de Cáceres decidió de nuevo apostar económicamente por este evento. La intención era dar una imagen moderna y armónica de la ciudad y hasta en Cánovas se podaron algunas ramas para facilitar la retransmisión mediante los helicópteros.

La vistosidad de un esprint ayudó también a ello, por mucho que la etapa resultase intrascendente de cara la clasificación general. Como pequeño guiño para la historia, para el palmarés quedará que en la etapa Almendralejo-Cáceres ganó el alemán Erik Zabel. A sus 36 años es el más veterano del pelotón, un esprinter que ha acumulado muchas victorias en grandes rondas y que conserva gotas de calidad en sus piernas. El noruego Thor Hushovd fue segundo y mantiene el liderato, que hoy posiblemente perderá al terminar la etapa en la Estación de Esquí de La Covatilla, con salida en Plasencia.

Mucho antes, a las ocho de la mañana, las principales calles de la ciudad empezaron a sufrir las restricciones para que todo saliese a la perfección. No hubo ningún problema de seguridad --las medidas fueron exhaustivas y todo el recorrido urbano estuvo vallado-- y las molestias del tráfico se minimizaron.

A los que acudieron no les importó el calor y se divirtieron antes y después con la caravana publicitaria que acompaña al acontecimiento.

BALANCE POSITIVO Los organizadores de la Vuelta se mostraron satisfechos del recibimiento y las infraestructuras que la ciudad ha prestado. La relación con el ayuntamiento es cordial y lo normal es que Cáceres repita como final de etapa en breve, aunque dependerá de otras variables que no tienen por qué ser económicas. La visión de los concejales al cargo --el teniente alcalde, Andrés Nevado, y el concejal de Deportes, Lázaro García-- era igual de optimista.