El 28.920. Este es el primer premio del sorteo extraordinario de El Niño celebrado ayer, y que dejó buena parte de los 120 millones de euros del premio en la localidad barcelonesa de Tarrasa. Unos cien millones de euros se han repartido sus vecinos gracias a la venta de casi todas las series del número a través de la administración de lotería número 23 de este municipio, La Bona Sort.

Este primer premio estuvo muy repartido ya que se vendió décimo a décimo en la ventanilla de este despacho, situado en un centro comercial de las afueras de la ciudad. Su propietaria, Pietat Antequera, acudió a la administración para brindar con sus afortunados clientes, especialmente los que desde hace años se abonaban semanalmente al 28.920 con la esperanza de que la fortuna les sonriera alguna vez.

La suerte ha viajado desde esta administración de lotería a una tienda de comestibles de Badalona (Barcelona) que también pretendía premiar la fidelidad de su clientela regalándoles pequeñas participaciones del número agraciado.

Como es habitual, el sorteo se celebró en el Palacio de Loterías de Madrid, donde trece niños extrajeron las bolas de los premios ante la atenta mirada de unas 150 personas que se acercaron al salón para intentar atraer la suerte. En cuanto a las anécdotas de la jornada, los niños del Colegio de San Ildefonso fueron los protagonistas de una de ellas, cuando invirtieron el cartel correspondiente a las decenas de millar del segundo premio que mostraba un nueve en lugar del número seis que se estaba cantando.

También se supo que Juan López, un obrero de la construcción de 59 años fue agraciado con un millón de euros tras adquirir en la administración 32 de Tarrasa cinco décimos del primer premio, con los que, de momento, ya planea comprarse una casa y un coche. Otro trabajador de la construcción, que también compró un décimo del 28.920 en Tarrasa, aseguró a Europa Press que ya ha avisado a su jefe de que hoy no iría a trabajar. Pero los hay que tenían claro que no querían comprar un décimo cualquiera, sino uno del primer premio. Es el caso de Eleuterio Santolaria, que llegó hace semanas a la Administración 32 pidiéndole a su dueña un décimo del primer premio, y aseguró que se lo devolvería si no resultaba premiado. Sin embargo, ya planea pagar la hipoteca del piso de su hija.