Cuando a José María Bernaldo de Quirós, director de Almaraz, se le pregunta si tienen alguna constancia de que el Gobierno les renovará la licencia de explotación de la central, él solo responde: "Confiamos en que así sea, porque la planta reúne todas las condiciones para hacerlo". Sin embargo, algo más debe haber cuando las compañías propietarias --Iberdrola, Endesa y Unión Fenosa-- han decidido --poco antes de que el Ejecutivo tome la decisión-- invertir 60 millones de euros en cambiar los dos alternadores de esta instalación energética --el primero se sustituirá en noviembre y el de la Unidad II, dentro de un año--.

Ni siquiera se trata de una operación urgente. Como reconoce Bernaldo de Quirós, "el alternador no es preceptivo cambiarlo nunca". Basta con las labores de mantenimiento para conservarlo durante los 40 años de vida útil de la central. "Pero nosotros lo vamos a hacer para seguir con el programa de modernización de la planta", explica el responsable de Almaraz, que no puede evitar sonreir cuando añade: "Y esperamos que funcione tanto tiempo como el actual" --lo que implicaría alargar 20 años la vida útil de la instalación--.

El mismo argumento da Miguel García Galarraga, ingeniero de la compañía Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (formada bajo la figura jurídica de una Agrupación de Interés Económico) que supervisa el proyecto: "La decisión --de sustituir el alternador-- se ha tomado para garantizar la fiabilidad de la explotación a largo plazo".

Este alternador y el que se sustituirá en la Unidad II en el 2010 son piezas importantes para acometer el aumento de potencia instalada que va a implantar la central. Esto permitirá a la planta producir más electricidad durante los 10 próximos años, pese a que García Galarraga asegura que apenas hay cambios de diseño en los nuevos mecanismos: "Las principales mejoras están en los aislamientos que incorpora". "Son avances de ingeniería que mejorarán el rendimiento del alternador. Es más estable, desarrolla y segura, pero los elementos siguen siendo los mismos", corrobora John Charles La Rue, ingeniero de Siemens.