Una de las características que definen al Plan de Salud de Extremadura es la amplia participación de la sanidad extremeña. Mientras que en otras comunidades lo elabora en exclusiva el departamento responsable de las políticas sanitarias, en la comunidad extremeña se implican a los sanitarios, a los colegios profesionales, las sociedades de investigación y las asociaciones de enfermos. El proceso se inicia con un análisis de la situación de la sanidad extremeña, en base a la cual la Consejería de Sanidad determinó 18 líneas de actuación prioritarias para las que se constituyeron otros tantos grupos de expertos que han analizado el borrador propuesto por la consejería, y al que han presentado unas 300 alegaciones.

Estas propuestas se debatirán en unas jornadas que se celebrarán el próximo 17 de diciembre en las que participarán todos los miembros de estos grupos de expertos, que determinarán si se toman en consideración para el proyecto definitivo. El texto que salga de esta jornada se remitirá al Consejo Extremeño de Salud, el máximo órgano de participación del ciudadano en el sistema sanitario, y al Consejo Científico Asesor del Sistema Sanitario, en el que participan medio centenar de sociedades científicas.

Tras estas aportaciones, la consejera de Sanidad elevará al Consejo de Gobierno, que lo analizará con la intención de aprobarlo en la primera reunión de enero del 2009. Al final del proceso el plan pasa por las manos de 500 personas. El director general de Planificación, Ordenación y Coordinación, José Luis Ferrer, señala que esta "enorme participación" es uno de los elementos que diferencia a los planes de salud de Extremadura con respecto a los de otras regiones. "Lo podríamos hacer desde la dirección general, pero queremos que nazca de abajo para llegar hasta arriba", indica.