En torno a 40.000 españoles de entre 15 y 64 años, de los 300.000 que reconoce haber consumido cocaína en los tres últimos meses, son adictos a dicha sustancia, ya que se estima que entre el 10 y el 15% de estos consumidores regulares desarrolla una dependencia.

Además, las urgencias hospitalarias por reacción aguda a esta droga se han duplicado en una década, hasta registrar el 49% en el 2002, según informó ayer el Ministerio de Sanidad en la presentación del libro Adicción a cocaína: neurobiología clínica, diagnóstico y tratamiento .

Esta obra concluye que el número de adictos a la cocaína que solicitaron tratamiento por primera vez en los dispositivos públicos ha pasado de 932 en 1992 a 7.125 en el 2002. De esta forma, supera las demandas por adicción a la heroína, según la ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, quien destacó que "la cocaína es la segunda droga que más problemas sanitarios y sociales genera".

Respecto al perfil de los que recurrieron al tratamiento (sólo un 10% de los consumidores), la mayoría eran varones que consumían esta droga por vía intranasal (78%), pulmonar (20%) o intravenosa (2%). Además, tomaban alcohol (65%), cannabis (19%), heroína (12%) o anfetaminas (6%) y su edad media era de 28,7 años. El comienzo en el consumo de cocaína se produjo 7,4 años antes. "Este policonsumo es especialmente preocupante entre los jóvenes que aseguran ingerir alcohol además de cocaína, multiplicando sus efectos adversos", según el autor del trabajo, Luis Caballero.

Asimismo, la mitad de los pacientes que acuden a tratamiento a un hospital padece algún grado de psicosis cocaínica (con una agresividad marcada) y al menos un 70% de los consumidores crónicos sufren paranoias transitorias.

En este sentido, el riesgo de recaída es más alto en este tipo de adictos frente a otros, ya que "hay quienes consumen una vez al mes y son adictos" al hacerlo de forma compulsiva. La remisión parcial se logra a los 6 meses de terapia, aunque de forma completa a los 12 meses y la curación total es muy variable, precisó el autor del libro.

Las razones fundamentales que favorecen este incremento en el consumo son la baja percepción del riesgo entre los jóvenes, para quienes el consumo esporádico de cocaína carece de importancia; la facilidad de disponer de esta droga y el bajo precio (en España es más barata que en otros países), según Caballero.

Según Sanidad, el porcentaje de muertes por reacción aguda a drogas en las que se ha identificado la presencia de cocaína ha pasado del 19,3% de los casos en 1987 al 54,4% durante el año 2002. Asimismo, Salgado apuntó que hace años el consumo de esta sustancia se asociaba a un nivel cultural alto, mientras que en la actualidad su consumo se ha generalizado entre todas las clases sociales. Como peculiaridad, muchos pacientes establecen una mala relación con sus parejas. Así el fenómeno de los celos es muy frecuente entre estos adictos.

Enfermedades

Las complicaciones médicas por consumo de cocaína pueden presentarse también en consumidores no dependientes, aunque son menos frecuentes, y abarcan desde intoxicación, sinusitis y perforación nasal, problemas cardiovasculares, neurológicos, respiratorios, obstétricos, sexuales, endocrinológicos, renales y gastrointestinales. Además, durante el consumo de cocaína, el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio es 24 veces mayor, independientemente de la dosis o del tiempo que se lleva consumiendo o de la vía de administración. En concreto, más del 50% de los pacientes que sufren un infarto al consumir esta droga no presentaban enfermedad de la arteria coronaria con anterioridad.

Asimismo, estudios científicos señalan que el consumo de esta sustancia aumenta hasta un 20% el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares, lo que explica en parte el descenso de la edad entre las personas que sufren estas patologías. La cocaína también genera alteraciones neurológicas y afecciones torácicas; mientras que en las embarazadas genera partos prematuros, desprendimientos placentarios y abortos.