Un estudio desarrollado por los técnicos de la Junta de Extremadura revela que el 40% de las comarcas extremeñas presentan un déficit en el desarrollo de su potencial en turismo rural. De hecho, sólo cuatro zonas de la región han alcanzado un nivel óptimo en este sentido --Valle del Jerte, La Vera, Sierra de Gata y Monfragüe-- por lo que se proponen medidas de actuación para cada una de estas comarcas.

El informe, incluido en los estudios previos al Plan Forestal de Extremadura, explica que hay once comarcas --de las 28 que se han estudiado-- que "teniendo un potencial alto o muy alto en recursos naturales y rurales muestran un desarrollo considerablemente descompensado". Se trata de Puebla de Alcocer, Herrera del Duque, Alburquerque, las Sierras de Jerez y Tentudía, la Sierra de Hornachos, Hervás, Montánchez, Logrosán, Los Ibores, Cáceres y Las Hurdes.

Ante esta situación los expertos señalan la necesidad de promover la mejora del entorno natural de Extremadura, y especialmente de los espacios naturales protegidos. Por lo que se refiere a las empresas del sector, aconsejan que luchen por conseguir un producto turístico "diferenciado, diverso y peculiar", que fomenten las nuevas tendencias turísticas y que se instalen nuevos cámpings en zonas de gran atractivo medioambiental.

MASIFICACION También consideran necesario que se potencie aún más la promoción turística, aunque el informe avisa que es vital "evitar caer en la masificación en determinados puntos" que actualmente están entre los más visitados. Si no se hace, se podría "dañar irreversiblemente el recurso turístico visitado". Por ello, el estudio concluye que sería necesario "vigilar" la afluencia de visitantes que reciben los espacios naturales protegidos para, si se cree conveniente, restringir las visitas.

El informe incluido en el Plan Forestal detalla qué debería hacerse en cada de estas once zonas subdesarrolladas en términos de turismo rural. De esta forma, por ejemplo, en la zona de Cáceres el estudio señala que turismo de la comarca se basa en el patrimonio de la capital cacereña, mientras que "el turismo rural y natural se encuentra muy poco desarrollado". En esta línea, reclama que se pongan en marcha rutas senderistas o de cicloturismo, así como puntos de observación de avifaunas.

En Herrera del Duque los expertos señalan que los atractivos turísticos de la zona están escasamente señalizados y no hay empresas de servicios, mientras que en Puebla de Alcocer las mayores deficiencias se detectan en los accesos por carretera.

Una de las comarcas con más problemas es la de Los Ibores, "que podría alcanzar en desarrollo a las zonas donde este turismo es claramente importante, como La Vera o la Sierra de Gata". El informe de la Junta detalla que esto se debe "al desconocimiento de la zona, la muy poco desarrollada infraestructura turística, las malas comunicaciones y su condición de zona de paso hacia Guadalupe".

Para mejorar el atractivo de Alburquerque, el estudio apuesta por crear centros de interpretación de la naturaleza, rutas señalizadas y muestras y exposiciones de la actividad corchera tradicional. Algo parecido ocurre en las Sierras de Jerez y Tentudía, donde los los expertos apuestan por crear centros de interpretación y por organizar actividades al aire libre.

INFRAESTRUCTURAS En la Sierra de Hornachos se detecta tanto una falta de información --no hay rutas señalizadas ni observatorios para aves en las guías de turismo-- como malas comunicaciones en la comarca. La falta de infraestructuras viarias es también un problema en la zona de Hervás, que vé cómo sus potenciales visitantes se concentran en Baños de Montemayor.

En la comarca de Montánchez el mayor déficit es el de la promoción, ya que se trata de "un destino muy poco frecuente en el que la mayoría de sus visitantes son extremeños y normalmente de un solo día". Distinta es la situación de la comarca de Logrosán, que aunque tiene un sector turístico ajustado a su actual demanda, es una zona por explotar en el ámbito rural.

La última comarca analizada es Las Hurdes, donde la belleza del entorno "no se vé compensada con una gran afluencia de visitantes", algo que el estudio achaca en parte a "la errónea imagen de subdesarrollo o atraso que arrastra la comarca".