Antonio falleció sin noticia de los 12.000 euros que, según sus propios cálculos, le correspondían por la aplicación de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia. Tenía casi 90 años y se le habían acabado las fuerzas para andar, pero aún guardaba otras para pensar en que al menos sus hijas, las encargadas de cuidarle, recibirían una contraprestación económica por esta labora o tendrían una ayuda en forma de cuidador. Sin embargo, el retraso en su aplicación ha sido desde el principio la principal traba de una normativa que, como a este anciano de Acehúche, ha decepcionado a mucha gente.

Consciente de ello, la Junta de Extremadura aprobó el pasado verano una partida extra de 44 millones destinada a financiar las prestaciones previstas en la ley de dependencia que, por aquellas fechas, solo llegaban a la mitad de los 16.000 extremeños que tenían reconocido este derecho. Cuatro meses después, la cifra de beneficiarios que están recibiendo uno de los servicios o ayudas económicas fijadas por la nueva normativa, solo ha aumentado, a priori, en algo más de 1.500 personas, hasta las 9.863.

Sin embargo, el director gerente del Servicio Extremeño de Promoción a la Autonomía y Atención a la Dependencia (Sepad), Juan Carlos Campón, puntualiza que el pasado mes de julio, el Gobierno central actualizó la base de datos del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) --que registra todos los dependientes que están siendo atendidos y es la base sobre la que el Estado transfiere fondos a las comunidades para financiar este servicio-- dando de baja a los usuarios que habían fallecido. En consecuencia, la cifra total de beneficiarios de las ayudas a la dependencia en Extremadura que reciben sus prestaciones desde julio ha aumentado en unas 3.000 personas. A su vez, esto significa que en los últimos cuatro meses, el ritmo de concesión de prestaciones se ha duplicado, pasando de los 333 usuarios a los que se ha llegado al mes, de media, entre junio del 2007 y del 2009, a los 750 que se han alcanzado desde entonces.

Pero el gerente del Sepad va más allá y asegura que actualmente el ritmo ha crecido hasta un punto en el que se están consiguiendo incorporar casi esta cifra (entre 500 y 600 personas) a la semana. "Hemos ido mejorando y el ´plan de choque´ que se inició en julio fue un gran impulso", asegura advirtiendo que "el circuito de la dependencia es complejo y hemos empezado desde 0, creando además un servicio específico y eso no es fácil".

Además, Campón añade que se trata de ayudas que se conceden para periodos largos de tiempo: "la mayoría de los dependientes lo son de por vida y su situación, desafortunadamente, no suele mejorar, sino al contrario (pasan a un grado mayor de dependencia con el tiempo), por lo que explica que "hay que hacer las cosas muy bien, ser muy cuidadosos en los procedimientos". No obstante, reconoce que su objetivo es llegar a "cuanta más gente, mejor".

En ese sentido, se fija como objetivo que "el plazo de espera de las ayudas a la dependencia no supere los seis meses, como marca el decreto nacional". Asimismo, próximamente se creará un centro de llamadas para dar información sobre el proceso de concesión de las prestaciones, otra de las principales demandas de los potenciales dependientes, que se quejan de falta de información.