En el momento en que arranca la temporada de mayor peligro, casi el 63% del territorio extremeño está clasificado como Zona de Alto Riesgo (ZAR) de sufrir incendios forestales, según el listado presentado por la Consejería de Desarrollo Rural al Ministerio de Medio Ambiente.

En total, la declaración, que supone la implantación de medidas especiales de prevención del fuego y una fuerte limitación en las actividades en el monte, afecta a más de 2,6 millones de hectáreas, esto es, alrededor del 10% del territorio español englobado en esta clasificación.

En cuanto a porcentaje de superficie, las comunidades que tienen más ZAR son Murcia, Valencia y Baleares, donde la calificación incluye casi la totalidad del territorio, así como La Rioja, Castilla-La Mancha y Madrid, donde se supera el 90%. En el extremo opuesto, Cantabria sólo declara como zona de riesgo el 5,7% del territorio, Canarias el 12,4% y Castilla y León el 13,1%.

País Vasco y Navarra no se incluyen en la relación porque no enviaron sus listados al Ministerio de Medio Ambiente.

213 MUNICIPIOS La declaración como zonas de alto riesgo de incendio forestal toca en la región a más de la mitad de los municipios, ya que 213 de las 383 poblaciones que hay en la región tienen afectada por esta declaración su términos municipales.

La provincia cacereña es la que cuenta con un mayor número de localidades donde se estima que hay un peligro alto de incendio forestal, al sumar un total de 147, de las que 86 tiene afectada la totalidad del término municipal. En Badajoz son 66 los municipios incluidos, aunque las ZAR sólo abarcan el territorio completo de 18 de ellas.

En algunos casos, como Badajoz, Cáceres, Alange, Mérida o Guareña, la afectación se limita a ciertos parajes, principalmente de sierra, donde se concentra la masa forestal a proteger.

CATORCE ZONAS Para delimitar con precisión la superficie afectada, la consejería marca 14 zonas, que incluyen Las Hurdes, Vera-Tiétar, Villuercas, Valencia de Alcántara, Sierra de Gata, Jerte-Ambroz, Tentudía, Monfragüe, Sierra de San Pedro, La Siberia, Montánchez, Sierras Centrales de Badajoz, Los Ibores y Sierras de Siruela-Zarza Capilla.

Esto supone que el territorio clasificado como ZAR se distribuye por toda la región, con la única excepción de una estrecha franja en el centro de la provincia de Cáceres y ciertas zonas del suroeste de Badajoz.

Además, toda la superficie extremeña queda bajo las premisas marcadas por el plan Infoex, aprobado el 29 de mayo y que marca como época de peligro alto de incendios la comprendida entre el 1 de junio y el 15 de octubre, con la posibilidad de prolongarla más allá de esta fecha si persisten las condiciones de calor y falta de lluvias.

En dicho plan se indica que está prohibida la quema de rastrojos y pastos de cosecha en cualquier época del año, salvo por motivos fitosanitarios y previo informe, y marca importantes limitaciones en cuanto a otras actividades en el campo que impliquen algún peligro, incluido el lanzamiento de cohetes durante las fiestas.

Por lo que se refiere al número de efectivos para hacer frente a los incendios, el responsable de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta, anunció que se mantendrían los mismos que en el 2005, al considerar que las necesidades están cubiertas, pese a que durante la pasada campaña de riesgo alto se quemaron más de 12.000 hectáreas de masa forestal, un 151% más que en el 2004.

De este modo, se contará con más de un millar de personas, de las que casi 900 serán trabajadores contratados por Desarrollo Rural, y unos 200 por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente. Asimismo, se contará con la colaboración del personal del centro de urgencias y emergencias 112, los bomberos de las diputaciones y los ayuntamientos y Protección civil.

En cuanto a medios materiales se dispondrá de un avión de coordinación, ocho helicópteros, otros ocho vehículos del tipo pick-up y tres tractores.

Respecto a cómo se presenta la campaña, los técnicos coinciden en apuntar que puede resultar un verano conflictivo, dado que la escasez de lluvias ha hecho que caiga de manera muy importante el nivel de humedad de los suelos.