Los 750 soldados de la base extremeña de Bótoa que permanecerán durante cuatro meses en misión de paz en Líbano se desplegarán en una zona "segura y tranquila". Este fue el mensaje que ayer quiso trasladar a los familiares de los militares el coronel jefe de la Brigada Mecanizada Extremadura XI, Casimiro Sanjuán, durante el acto castrense que sirvió para conmemorar a la patrona de Infantería, la Virgen de la Inmaculada, y para despedir a las tropas que viajarán al país asiático.

"Es evidente que riesgo hay, pero no más del que podamos tener aquí", afirmó Sanjuán, quien insistió en que la situación en el sureste libanés está "normalizada y la gente va muy preparada", dijo en referencia al adiestramiento que durante seis meses han seguido los militares que participan en la misión, denominada Libre Hidalgo X.

El cometido de las tropas no difiere del que llevaron a cabo en la anterior misión en este país --entre finales del 2007 y principios del 2008--. "Nuestra misión es cubrir una zona que es terreno de nadie, entre Israel y el Líbano, patrullar y apoyar al ejército libanés, que fundamentalmente es el que tiene que solventar todas las situaciones", explicó el general jefe.

No obstante reconoció, que la existencia de un gobierno --en la anterior misión no estaba constituido aún-- ha constribuido a mejorar la situación del país y dar "estabilidad en general".

El contigente español lo completan otros 350 militares de distintas unidades de España, que trabajarán junto a tropas de otros cinco países: Nepal, Indonesia, Malasia, India y El Salvador. Al frente de todos ellos --unos 4.500 hombres y mujeres-- estará Casimiro Sanjuán, a quien corresponde el mando del Sector Este en la misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL).

Los primeros 200 militares españoles --un centenar de Bótoa-- partieron el lunes desde Madrid al país asiático. El resto, lo hará en cuatro vuelos más --los días 11, 13, 16 y 20 de diciembre-- desde la base aérea de Talavera. Sanjuán viajará el día 13, ya que está previsto que tome el relevo del mando el 15 de diciembre.

Lo soldados tienen como destino la base Miguel de Cervantes, en la región de Marjayún, que --según palabras de Sanjuán-- es la "envidia del UNIFIL", porque está dotada de todo tipo de comodidades. Además, hay cuatro destacamentos --con 60 o 70 militares-- segregados y ubicados en la línea de separación con Israel. "Las condiciones no son las mismas que las de la base, pero son buenas", aseguró.

El acto castrense estuvo presidido por el teniente general jefe de Fuerza Terrestre, Virgilio Sañudo, y contó con la presencia del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, así como representantes del Ejército portugués, el Ejército del Aire y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, además de decenas de familiares que se repartieron en las gradas y tras las vallas de seguridad.

A estos últimos, los mandos agradecieron su "apoyo y cariño" a los soldados, de quienes alabaron el "espíritu de sacrificio y disciplina", valores que --según Sanjuán-- han convertido a la Brigada Extremadura XI en una de las unidades de élite del Ejército español.

Vara, por su parte, mostró su "profundo orgullo" y reconocimiento a los militares que participan en esta misión por contribuir al "desarrollo de la paz, la convivencia y la democracia".

El acto concluyó con un desfile de las tropas por la avenida principal de la base de Bótoa, tras el que los soldados se reunieron con sus familiares en un vino de honor.