El 80% de las inversiones que realiza la Central Nuclear de Almaraz se destinan a garantizar la seguridad de la planta, según avanzó ayer el director de la misma, José María Bernaldo de Quirós, quien incidió en que "la seguridad es la máxima prioridad" de su gestión.

En este sentido, dejó claro que ninguna de las seis paradas no programadas que sufrió la central extremeña el año pasado afectó a la seguridad de la planta, al tiempo que recalcó que los efectos que se provocan sobre el medio ambiente están "500 veces por debajo del límite legal". Por otra parte, rechazó la posibilidad de que se pusiese en peligro la instalación por funcionar cerca de un mes con pequeños generadores diesel de recambio por la avería de un generador.

José Ignacio Villadóniga, director de seguridad del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), aseguró que las seis paradas fueron calificadas de nivel cero, lo que supone que no tuvieron trascendencia para la seguridad. Villadóniga declaró que en el 2003 los técnicos del CSN realizaron dos inspecciones no anunciadas en Almaraz y dedicaron unas 10.000 horas a controlar las actividades de la planta.

A su juicio, la conclusión es que la central operó en el 2003 y a inicios del 2004 "de forma segura, con un impacto muy por debajo de los límites" tanto en los ciudadanos como en el medio ambiente tal y como, dijo, demuestran los estudios realizados por la Universidad de Extremadura. El técnico del CSN destacó también la importancia de la adquisición de un quinto generador diesel que va a realizar la central cuando la normativa únicamente obliga a disponer de cuatro generadores.

SOSPECHOSO Por otra parte, la revista Interviú ha publicado en su último número un informe en el que acusa al CSN de delegar parte de las inspecciones de seguridad en empresas de ingeniería que pertenecen a las propias eléctricas dueñas de las centrales o a fabricantes de reactores atómicos. Para este año el CSN ha presupuestado 5,7 millones de euros para estos "estudios y trabajos técnicos".

De esta forma, según la citada revista, Empresarios Agrupados, participada por filiales de Iberdrola y Unión Fenosa, analizó en su día buena parte de la central de Almaraz pese a que sus propietarios son los mismos que los de la compañía inspectora.