Ayer se iniciaron en el término de Villanueva de la Vera, en el norte de Cáceres, los trabajos de excavación de una fosa común en la que se cree que hay enterradas dos mujeres que fueron fusiladas el 26 de septiembre de 1936. Se trata del primer enterramiento de estas características que se abre en España a raíz del auto del juez Baltasar Garzón, con motivo de su investigación para recuperar los nombres de las personas que murieron como consecuencia de la represión franquista.

A las diez de la mañana de ayer una máquina excavadora, propiedad del ayuntamiento villanovense, inició los trabajos necesarios para la exhumación de los restos mortales de dos mujeres fusiladas el 26 de septiembre de 1936 en la finca El Tudal, en el paraje conocido como Las Albarizas , en el término municipal de la citada localidad. Se cree que en las inmediaciones de esa fosa hay otra con tres mujeres enterradas que había sido tiroteadas el mismo día.

Durante toda la mañana, familiares, amigos, periodistas y fotógrafos de diversos medios de comunicación, junto con el alcalde, José Antonio Rodríguez Calzada, estuvieron pendientes de la tierra que movían las máquinas dispuestas para tal fin por el consistorio. Pero no hubo resultados.

En torno a las 14.30 horas aparecieron algunos restos. La excavadora paró de inmediato las labores que estaba realizando y se requirió la presencia del arqueólogo Jimy Jiménez, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, responsable de los trabajos de prospección que se están llevando a cabo en el Tudal. El arqueólogo confirmó que se trataba de una falsa alarma, ya que los restos eran huesos pertenecientes a algún animal. Hay que tener en cuenta que en la zona donde se llevan a cabo las excavaciones se encuentran esparcidos numerosos restos óseos, presumiblemente de ovejas a juzgar por la lana que acompaña a algunos de ellos.

SIN RESULTADOS Y es que no había un punto indiscutido sobre el que excavar. La máquina empezó a hacerlo en un paraje, pero alrededor de las 12 horas, y a la vista de que no encontraban ninguna clase de restos, fue suspendida la búsqueda. La máquina se trasladó a otro lugar situado en la zona central de la cañada, donde, según la teoría que corría de boca en boca, había habido una fuente. "Podrían estar aquí porque junto a la fuente debería estar el terreno más blando y ser más fácil de abrir la tierra para un enterramiento. El resto del terreno, todavía en septiembre, sería seco y duro".

Fuera cierta o no la teoría, habría habido o no una fuente en el lugar, lo cierto que no hubo resultados...salvo los ya citados huesos de animales. Está previsto que los trabajos se reanuden a partir de las ocho de hoy.

Los realizados ayer fueron seguidos con interés por el alcalde de Villanueva, José Antonio Rodríguez Calzada, que en declaraciones a este diario aseguró que el ayuntamiento ha puesto a disposición de los familiares los medios de que dispone, "para facilitar los trabajos de excavación de las fosas". Además ofrecerá a las familias de las víctimas cuyos cuerpos sean recuperados "los nichos necesarios para su enterramiento en el cementerio municipal", aunque, añadió, "ya sabemos que algunos quieren que reposen en los mismos nichos donde se encuentran sus familiares".

El alcalde hizo constar, asimismo, la disposición a "ceder algún espacio público, como puede ser un parque, para que puedan levantar un monumento en él".

TECNICOS Sobre los trabajos a realizar, el arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Jimy Jiménez, explicó que con anterioridad al inicio de las excavaciones se ha llevado a cabo una labor de documentación realizada con el testimonio de los familiares y la prospección que el pasado verano llevó a cabo la Junta de Extremadura en la zona.

No obstante, según reconoció, "la excavación está siendo bastante complicada porque el terreno también lo es, lo que ha motivado que pese a los veinte metros de longitud, por cuatro o cinco de ancho, que se han abierto, no se haya producido ninguna evidencia de resto óseo que pueda indicar que hemos encontrado la fosa".

Otro de los expertos que interviene en la excavación es el antropólogo social y cultural del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Francisco Ferrándiz Martín, encargado de estudiar las reacciones que este tipo de actividades provoca en el entorno donde se llevan a cabo. En su opinión, estas actuaciones "tienen un potencial pedagógico extraordinario, ya que permite ver como el sufrimiento que produce un conflicto de esta naturaleza se arrastra durante generaciones". Ferrándiz Martín considera necesario "comenzar en algún momento a establecer medidas que reparen lo que se hizo, con el fin de normalizar la situación de muchas familias, así como en los niveles tanto sociales como políticos". El antropólogo se mostró abiertamente partidario de "analizar y estudiar los motivos que producen determinados tipos de violencia, como la que desencadenó la Guerra Civil, y cuáles son las ideologías que dan sustento a estas violencias".