La capilla ardiente de Rocío Jurado ha quedado abierta al público en el vestíbulo del Centro Cultural de la Villa de Madrid a las 11.50 horas, donde los ciudadanos han comenzado a desfilar para dar su último adiós a la artista. "Hoy todo se nos fue de casa", dice la inscripción de la corona de flores blancas del marido de Rocío Jurado, José Ortega Cano, sus hijos y sus nietos, que está colocada junto al féretro de la cantante fallecida esta madrugada, que aparece cerrado y cubierto por las banderas de Andalucía y España. El marido de Rocío Jurado, José Ortega Cano, y Juana Cano, madre del torero, se han colocado en unos bancos a un lado del féretro, y al otro, la hija de la cantante, Rocío Carrasco, y su compañero, Fidel Albiac. Tras el féretro hay también otras tres coronas de los familiares, todas ellas de flores blancas. A un lado del féretro, el alcalde de Madrid y la Corporación municipal, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid firman sendas coronas, algo que también hacen la Sociedad de Artistas del Centro Cultural de la Villa y la familia Martín Berrocal. Familiares y amigos Familiares y amigos de la artista continúan llegando para despedirla y acompañar a la familia, mientras que numerosos ciudadanos han comenzado a desfilar por la capilla ardiente. Las periodistas y presentadoras de televisión María Teresa Campos y su hija Terelu; las cantantes Marta Sánchez, Rosario, Carmen Sevilla y Dolores Abril, mujer de Juanito Valderrama, el deportista Angel Nieto y la periodista Isabel Gemio han sido algunas de las primeras personas que se han acercado al Centro Cultural de la Villa a darle a Rocío Jurado el último adiós. A su entrada, Rosario Flores recordaba que Rocío Jurado había tenido mucho contacto con su madre y decía que su muerte, junto a la de Rocío Dúrcal, "es una pérdida muy grande". "Les quedaba mucho tiempo de vida todavía", ha señalado la hija de Lola Flores.