La Consejería de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura ha abierto a lo largo de los últimos tres años algo más de 1.000 expedientes a cazadores furtivos, o ilegales como los define la Administración. Las causas más habituales de estas sanciones, la localización de cazadores sin licencia y la celebración de batidas en cotos sin tener autorización.

Así lo detalla un informe elaborado por la propia Consejería y remitido a EL PERIODICO EXTREMADURA, en el que los técnicos del departamento analizan, entre otras cosas, la evolución de la figura del cazador furtivo en la comunidad. En este sentido, el documento explica que el furtivo "ya no lo es por las mismas razones por las que lo era hace cincuenta años". Entonces lo hacía por necesidad y en la actualidad "el furtivo lo es por decisión propia". De hecho, por lo general se trata de personas con un alto poder adquisitivo que durante sus batidas utilizan vehículos todo terreno de alto coste, teléfonos móviles, sistemas GPS "y todo tipo de medios para intentar esquivar la acción de la Justicia".

Por lo que se refiere a la definición de cazador furtivo, la Consejería puntualiza que puede considerarse como tal "toda persona que caza de manera ilegal", por lo que técnicamente debería ser considerado "como un cazador ilegal".

NUEVE SUPUESTOS El amplio concepto de caza ilegal engloba hasta nueve supuestos dentro de la Ley de Caza de Extremadura, según apunta la Consejería. En concreto, se incluyen en este grupo los que cazan sin licencia; los que llevan armas de caza preparadas para ser utilizadas en época de veda; los que cazan en horario nocturno; o aquellos que durante la época de caza tienen o comercializan piezas, ya sea vivas o muertas, sin cumplir los requisitos legales. También se considera cazadores ilegales o furtivos a todos aquellos que utilizan armas prohibidas, los que cazan en terrenos sometidos a régimen cinegético especial sin el permiso necesario, los que lo hacen en época de veda y a aquellos que celebran acciones cinegéticas sin autorización.

BALANCE GLOBAL En total desde el año 2003 se han abierto en la comunidad autónoma 1.047 expedientes sancionadores por cacerías ilegales. Dentro del trienio analizado el mayor volumen de cazadores furtivos se detectó en el 2004, con 420 expedientes, y el menor este mismo año, cuando a falta del último mes el número de sanciones por esta causa asciende a 259.

A la hora de analizar el comportamiento de los furtivos, el informe de Medio Ambiente desvela que en la mayoría de los casos --un tercio del total-- ni siquiera tienen la pertinente licencia. La segunda infracción más habitual es la que se refiere al desarrollo de la actividad cinegética en cotos sin contar con la autorización del titular o sin el permiso necesario. También hubo más de 200 cazadores pillados in fraganti en época de veda, es decir, en el periodo en el que no están permitidas las actividades cinegéticas. Asimismo, Medio Ambiente detectó cacerías nocturnas y la organización de monterías ilegales.