Sí, durante el 2009 descendieron los abortos voluntarios practicados tanto a nivel nacional como en la región. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, avanzó la noticia la semana pasada, aunque los datos que maneja el Gobierno aún son provisionales. Sí son definitivos los que tiene la Junta de Extremadura y que apuntan que 1.145 mujeres residentes en la región se sometieron el año pasado a un tratamiento para interrumpir voluntariamente su embarazo, un 17% menos que en el 2008.

Si los datos del ministerio se confirman, sería la primera vez que el número de abortos desciende desde que hace 25 años su práctica fue despenalizada. En Extremadura, no supone un hito tan mayúsculo, ya que en la última década ya se habían registrado bajadas anuales en dos ocasiones (2001 y 2006). Sin embargo, en ninguno de esos dos precedentes el descenso había sido tan grande. Así, mientras en el 2001 el bajón fue de 90 casos respecto al ejercicio anterior (-10%) y en el 2006 de 19 (-1,5%), en el 2009 se han realizado 238 abortos menos que en el año anterior (-17%).

Para la ministra de Sanidad, detrás de este descenso hay tres factores: la mayor demanda de la píldora postcoital, que desde octubre del 2009 se vende sin prescripción médica; el descenso del número de inmigrantes, y la efectividad de las políticas formativas en educación sexual, que han aumentado el uso de anticonceptivos en las relaciones sexuales. Y el mismo diagnóstico ha realizado su homóloga del Ministerio de Igualdad, Bibiana Aído: "a mayor acceso a métodos anticonceptivos y mejor educación sexual y prevención, menos embarazos no deseados y menos abortos".

En este sentido, estudios como el financiado el año pasado por la compañía farmacéutica Bayern constatan que, efectivamente, los anticonceptivos están ganando terreno. Así, mientras en el 2001 el 32% de las extremeñas confesaban no utilizar protección en sus relaciones sexuales, en el 2009 ese porcentaje había bajado al 19%.

No obstante, todas las miradas se centran en la píldora postcoital --o del día después, como es conocida popularmente--. "Sí, es muy probable que el factor clave en Extremadura para explicar este descenso sea el uso de la píldora", apunta Miguel Montejo, ginecólogo y director de la Clínica Guadiana de Badajoz, el único centro autorizado en la región para practicar abortos voluntarios. "Puede ser el motivo", le secunda Pedro Claros, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cáceres. En esta provincia las ventas del fármaco han aumentado entre un 60 y un 80% desde que en octubre del año pasado dejó de ser un producto que necesitaba receta médica. "En la provincia de Badajoz hemos pasado de vender una media de 900 mensuales, a 2.800", destaca, por su parte, Cecilio Venegas, que preside la organización colegial pacense. Y también desde la Asociación Extremeña de Planificación Familiar y Sexualidad sostienen que la venta libre de la píldora postcoital, junto al aumento del uso de métodos anticonceptivos eficaces, ha provocado este descenso en el número de abortos.

Por su parte, el doctor Francisco Solano, presidente de la Asociación Ginecológica de Extremadura, se muestra más cauto: "los datos son del 2009 y durante ese año la píldora solo se vendió libremente durante tres meses --octubre, noviembre y diciembre--. Aún es prematuro sacar conclusiones sobre su incidencia en las interrupciones de embarazos".

¿INFLUENCIA DE LA CRISIS? Un posible factor que la ministra de Sanidad ha rechazado es la incidencia de la crisis económica. ¿Se han registrado menos abortos porque más mujeres han recurrido a métodos no controlados, como la automedicación o las clínicas ilegales. Para Trinidad Jiménez, "no". Pero el doctor Miguel Montejo, que recuerda que el coste medio de la intervención ronda los 500 euros, reconoce que "los tiempos de crisis son duros y por 15 euros se puede acceder a través de internet a 15 pastillas de Citotec o Misotropol", dos fármacos --antiácidos estomacales-- cuyo consumo abusivo pueden provocar el aborto. "No sé si se usan más o menos, pero las mujeres deben ser conscientes de que usar estos medicamentos como método abortista entraña graves riesgos: intoxicaciones, importantes sangrados y complicaciones que pueden derivar en la pérdida del útero y la imposibilidad de volver a quedarse embarazada", advierte el director de Clínica Guadiana.

Desde el pasado 5 de julio está en vigor la nueva ley del aborto y de la salud sexual. La normativa, que permite a las mujeres interrumpir su embarazo antes de la semana 14 de gestación sin tener que justificar su decisión, también obliga a las administraciones públicas --los servicios de salud autonómicos-- a cubrir obligatoriamente el coste de la intervención. Desde ese día el Servicio Extremeño de Salud ha financiado el aborto de 169 mujeres.