Siete detonadores y una cinta magnetofónica en árabe con versículos del Corán. Estas pruebas fueron localizadas a mediodía de ayer en una furgoneta aparcada en los aledaños de la estación de tren de Alcalá de Henares y orientaron inmediatamente la investigación hacia diversos grupos radicales islámicos que disponen de alguna presencia en España.

El Ministerio del Interior lo sabía, según fuentes de la lucha antiterrorista, y sin embargo mantuvo con rotundidad durante casi todo el día la tesis de que ETA estaba "inequívocamente" detrás de la matanza, en palabras del ministro Angel Acebes. Ante las primeras informaciones que apuntaban la pista islamista, Acebes llegó a decir a primera hora de la tarde que lamentaba la actitud de los "miserables" que intentaban hacer dudar de la identidad de los "verdaderos" responsables de la tragedia. "Desgraciadamente --agregó--, en esta ocasión ETA ha conseguido su objetivo". Hasta las 20.30, el ministro no admitió públicamente y con gesto incómodo la posibilidad de una autoría distinta de ETA, aunque sin descartar a la banda vasca. Desde el mediodía y antes de la primera comparecencia de Acebes, la policía mantenía una línea de investigación centrada en las ramificaciones de Al Qaeda en España.

SIN AVISO La ausencia de un aviso de los terroristas previo a la explosión de las bombas y la "brutalidad" del golpe habían llevado a los investigadores especializados en terrorismo islámico a contemplar la participación del grupo de Bin Laden. Según fuentes de la investigación policial, no es habitual que ETA proceda a perpetrar un atentado sin antes realizar un aviso telefónico, ni tampoco es propio de la banda terrorista vasca que su objetivo sea una matanza de tales dimensiones. Tales circunstancias provocaron que los agentes adscritos a la Unidad Central de Información se plantearan la hipótesis islamista.

El punto de partida para llegar hasta la furgoneta localizada en Alcalá de Henares, una Renault Kangoo blanca, fue la declaración de un testigo residente en las inmediaciones de la estación de trenes de esa localidad madrileña, quien dijo haber visto, sobre las siete de la mañana, a tres individuos, en actitud nerviosa, salir y entrar reiteradamente de este vehículo y, seguidamente, dirigirse en varias ocasiones a la estación de trenes. Los sospechosos iban ataviados, según la declaración del testigo, con gorros y bufandas que hacían imposible su identificación.

VEHICULO SUSTRAIDO De este modo, la furgoneta pudo ser localizada por los agentes en la calle del Infantado de Alcalá de Henares, a la altura del número 5. El vehículo había sido robado 10 días atrás en la zona de Tetuán, en Madrid, donde se asienta una de las comunidades musulmanas más numerosas de la ciudad.

En el interior de la furgoneta se encontraron siete detonadores y una cinta en árabe con versículos del Corán grabados, lo que hace pensar a los investigadores que este vehículo sirvió a los terroristas como base de operaciones para perpetrar los atentados. Desde allí, según los primeros indicios, descargaban las diferentes bombas para colocarlas en los trenes atacados, ya que todos ellos hacían parada en la estación de Alcalá de Henares entre las siete y las siete y diez de la mañana. El vehículo estaba siendo examinado anoche por agentes de la policía científica que buscaban huellas y pruebas.

BUSQUEDA Entretanto, los agentes revisaban todos los edificios de la zona ya que sospechaban que los tres individuos podrían continuar en Alcalá de Henares. La carta de Al Qaeda a la sede londinense de un periódico árabe podría confirmar la línea de la investigación. No obstante, los agentes se mostraban cautelosos sobre esa nota, puesto que la banda de Bin Laden no suele reivindicar atentados. Los investigadores pidieron al diario la nota para poder examinarla.

Las mismas fuentes recordaron que, desde el apoyo del Gobierno español a la guerra de Irak, España es un objetivo de Al Qaeda, igual que Estados Unidos y el Reino Unido. También precisaron que esta línea de investigación no excluye la realización de pesquisas sobre la posibilidad de un atentado etarra.