Pacientes a los que no se informa del resultado de las pruebas realizadas, retrasos en las citas o esperas prolongadas en la propia consulta, anulación reiterada de citas, negativa a facilitar los datos clínicos de un familiar..., son entre otras muchas las reclamaciones que ha tramitado el defensor del paciente a lo largo de los últimos meses. En la mayoría de los casos, la respuesta de los responsables sanitarios ha sido positiva, asumiendo la crítica y resolviendo la situación o comprometiéndose a hacerlo en el plazo más breve posibles.

Sin embargo, también hay situaciones en las que la respuesta de estos responsables no ha sido satisfactoria a juicio de Hidalgo.

En su informe, el defensor del paciente se muestra especialmente crítico con dos grupos de reclamaciones.

Por un lado, se citan los casos de personas que no han tenido acceso a la anestesia epidural en el área de Don Benito-Villanueva, pese a que hace años se anunció que se daría esta prestación en todos y cada uno de los hospitales extremeños.

Refleja la memoria que ya se instó a la gerencia del citado área a solucionar la situación en el 2005, para garantizar la igualdad de todos los pacientes extremeños, dotando al hospital del personal suficiente. Pese a que la gerencia asumió favorablemente la recomendación "lo cierto es que la situación no ha sido superada".

Por ello, se ha vuelto a pedir a los responsables sanitarios que "intensifiquen los esfuerzos presupuestarios" para hacer efectiva la implantación de la epidural, sin que hasta el momento se haya recibido respuesta alguna del SES.

El otro grupo de casos se refiere a la masificación en el Hospital Virgen de la Montaña de Cáceres, con habitaciones de unos 20 metros cuadrados que llegan a albergar a cuatro enfermos con sus correspondientes acompañantes, "lo que impide mantener medidas adecuadas de intimidad".

Como respuesta, desde la dirección del centro se indicó a Hidalgo que el hospital es viejo, y que la situación se resolverá cuando esté hecho el nuevo. Además, se señaló que no hay ya habitaciones con cuatro enfermos --tres a lo sumo-- y que se han dado instrucciones al personal sanitario para que se garantice la intimidad de pacientes y familiares.

Al respecto, el defensor del paciente recuerda que el ciudadano ingresado no debe verse sometido a situaciones que afecten a su intimidad o dignidad personal, "pues suficiente tiene con sufrir una enfermedad como para verse obligado a compartir con su compañero de habitación y con sus familiares cada uno de sus actos más íntimos".

En opinión de Hidalgo, la respuesta de la dirección del hospital no hace más que reconocer la falta de adecuación del centro para acoger la actividad asistencial por deficiencias de espacio. Reconoce el informe que el nuevo hospital resolverá esta situación, pero indica que no puede esperarse hasta entonces para dar respuesta al problema.

En este sentido apunta que tener tres enfermos en una habitación "cuando se tienen a lobrar la habitación individual" resulta una práctica "anacrónica y claramente antentatoria a la dignidad del paciente".

Por ello se insta a la dirección a esforzarse para que haya, como mucho, dos enfermos por cada habitación, y se avance en la oferta de habitación individual sin esperar a que esté hecho el nuevo hospital.

La ambigüedad de la respuesta de la dirección ha motivado un nuevo escrito de Hidalgo exigiendo que se concreten las actuaciones realizadas para resolver el problema.