El estudio se basa en una compra calculada para alimentar tres días a una familia de tres miembros, con lo que deberían llenar la cesta con los productos indicados diez veces al mes. Entre la ciudad más cara y más barata de la referencia esto supone una diferencia de 228 euros al año.

Si se toma el establecimiento donde la cesta es más cara en toda la región, que alcanza los 25,9 euros, y aquella donde es más barata, que estaría en 21,1 euros, comprar en uno u otro supondría una diferencia anual de 576 euros sólo en productos básicos de alimentación.

Con ser importante esta diferencia, ha descendido notablemente respecto a la situación de hace cuatro años. Entonces, optar por el más barato en vez de el más caro suponía un ahorro anual de 721 euros. Esto se debe a que los incrementos han sido mayores en los lugares antes más baratos.