Dos meses después de los incendios que arrasaron este verano más de 12.500 hectáreas en las comarcas de Las Villuercas y Los Ibores, los alcaldes de los municipios más afectados --Alía, Cañamero, Castañar de Ibor y Navalvillar de Ibor-- aseguran no haber recibido aún ninguna ayuda por parte ni del Gobierno ni de la Junta. Los vecinos damnificados de estas zonas sostienen que las pérdidas que han tenido suponen ya una difícil situación económica, ya que muchos se han quedado sin sus negocios.

De momento, el Gobierno ha extendido el decreto que en un principio aprobó para la provincia de Guadalajara --tras el trágico incendio en el que murieron 11 personas-- a estos cuatro municipios extremeños y a tres más --Valdecaballeros, Guadalupe y Robledollano-- que también fueron asolados por los fuegos de este verano. Así, los ganaderos, agricultores y apicultores de estos siete pueblos que hayan sufrido daños a consecuencia de los incendios recibirán --según el decreto 949/2005, de 29 de julio-- las mismas compensaciones que los afectados en Guadalajara.

Sin embargo, las ayudas siguen en trámite y los damnificados critican el retraso y la incertidumbre por no saber aún con certeza cuánto van a recibir ni cuándo. Muchos de ellos incluso se muestran "pesimistas y olvidados por las administraciones", como señala la propietaria de un chiringuito en Castañar de Ibor.

Pero los alcaldes discrepan con el decreto, ya que aunque comtempla una partida global de ayudas --para Extremadura y Guadalajara-- de unos 15 millones, para que los ayuntamientos arreglen las infraestructuras municipales afectadas, ellos señalan que sería mejor que parte de esas ayudas fueran para los afectados, porque ellos tendrán que cofinanciar esas mejoras y no tienen fondos suficientes.