Yolanda Jiménez y César De la Osa viven una de las peores situaciones económicas de sus vidas. Tienen 32 y 39 años de edad y dos hijos que cuidar, uno de 13 años y otro de tan solo un año y medio. Su situación es insostenible porque los dos están desempleados. "Aguantamos gracias a la familia que nos está ayudando todo lo que puede". Pero es que además de que en su casa no entra ni un sueldo, tampoco entra ningún tipo de prestación ni subsidio que pudiera aliviar su economía. Ante esta situación, en su casa en Cáceres no es que hayan tenido que recortar gastos con la crisis, es que "hemos tenido que eliminarlos" de forma radical.

César lleva varios años sin empleo estable. "Iba tirando con los trabajos esporádicos y temporales que me salían, pero cada vez son menos". Es pintor y hace un mes desempeñó su último trabajo que duró pocos días, "para rematar una obra". Estos empleos esporádicos no le permiten solicitar una ayuda que le salvaría de más de un apuro, como la ayuda de 420 euros, pero no cumple los requisitos, en el último año no ha cotizado a la Seguridad Social y por tanto, "no tengo derecho a nada".

El caso de su mujer es similar. Lleva desde los 16 años trabajando pero nunca ha estado dada de alta, por lo tanto carece de cualquier derecho de prestación por desempleo o subsidio. "Siempre he limpiado casas, echando horas, pero últimamente la cosa está muy mal y me llaman muy poco". El día que algunos encuentra trabajo por horas emplean ese dinero rápidamente y hay que elegir: "o compramos comida o pagamos algunas facturas que se acumulan meses".

Ellos lo único que quieren es trabajar, pero tienen pocas esperanzas. "Hay muchas personas igual.