El pasado mes de marzo la Junta, los sindicatos y la patronal firmaron el nuevo Plan de Calidad y Fomento del Empleo de Extremadura. Dos meses después, sellaron también el Plan de Impulso y Consolidación Empresarial. Ambos documentos constituyen el pilar fundamental propuesto por la Administración para cambiar el sistema productivo extremeño y mejorar las condiciones de su mercado laboral. Tras el verano, la realidad es que la región tiene la mayor cifra de parados de los últimos 12 años en la región.

"El Plan de Empleo no es una solución a la crisis, pero sí está ayudando a paliar la situación. Sin él todo sería más difícil", opina Miguel Bernal, secretario Regional de UGT. Y el diagnóstico lo comparte Miguel Coque, responsable de Formación y Empleo de CCOO. Ambos coinciden en que esta concertación de las políticas de empleo y actividad empresarial permite que la región "esté más protegida" frente a la crisis que el resto del país.

Pero, ¿se puede hacer algo más para frenar la subida del paro? ¿Tiene margen de maniobra la Administración? "Sí. Debería hacerse un análisis en corto, mensual, de todos los parámetros de la economía regional para detectar los problemas de cada sector y poder poner en marcha rápidamente medidas para solucionarlos", responde Bernal, que pide especial atención al sector servicios: "Habría que inyectar liquidez, prestamos, para que aguanten estos meses y también arbitrar medidas para mantener el consumo, porque al ser un sector de empresas muy pequeñas, es muy sensible a la caída de la demanda". Coque, por su parte, apuesta por agilizar la aplicación de las medidas del nuevo Plan de Empleo: "Remodelar el Sexpe, activar los consejos de Empleo y Formación Profesional, coordinar las políticas territoriales y locales de empleo... y agilizar el plan de infraestructuras. Pero con cuidado, las medidas a corto plazo pueden ser contraproducentes".