-- Pasados ya cinco años desde que dejó el Parlamento Europeo, ¿cómo valora su experiencia?

-- Fue una experiencia tan diferente que fue muy interesante. Viví allí momentos muy importantes, como la incorporación de tres países, la preparación de la moneda única o el semestre de la presidencia española, y participé en comisiones de política de desarrollo.

-- ¿Realmente es tan importante trabajar en Bruselas?

-- Todo lo que afecta a nuestra vida se decide en Bruselas. No hay ni una faceta de nuestra vida que no esté afectada por la política europea. El problema es que hay un déficit de información.

-- ¿Echa de menos la política europea?

-- Al principio tuve mono . Mientras fui diputada europea lo compatibilicé con la Alcaldía de Valverde de Mérida y eso hacía que viajara mucho. Me aficioné a volar y reconozco que fue algo único.

-- ¿Realmente es tan diferente la política europea a la que se puede hacer en Madrid o en Extremadura?

-- En Bruselas se vive otra dimensión de la política. Ahora va a haber unos 700 diputados, y a eso se suma el trabajar en varias lenguas o conocer a algunos de los grandes estadistas, además de trabajar a muy largo plazo.