"Pagando la penalización (12.000 euros) perdemos menos que haciendo la temporada". Las palabras de Luis Reina, gerente de la empresa Ruedo de Barros, que esta semana ha decidido romper el contrato que tenía con el Ayuntamiento de Almendralejo para la explotación de la plaza de toros de la localidad durante los años 2009 y 2010, constituye el último reflejo de cómo la crisis está golpeando al sector taurino.

El año pasado se celebraron en Extremadura 875 espectáculos entre corridas de toros, novilladas, faenas de rejoneo, festivales, toreo cómico, encierros y festejos populares, según los datos de la Consejería de Administración Pública y Hacienda. Son 72 menos que en el 2008, un ejercicio en el que ya se había notado la situación de deterioro económico --en el 2007 se alcanzó la cifra de 980 espectáculos, un número récord en los últimos 20 años--.

Lo curioso es que el recorte apenas ha afectado, estadísticamente, a los grandes festejos, que suelen ser también los más caros. De hecho, las corridas y novilladas a pie en Extremadura se mantuvieron en 2009 respecto a la temporada anterior, incluso en algún caso con un ligero repunte. El declive lo concentra la disciplina del rejoneo (tauromaquia a caballo) y los festejos populares.

"La gente ya no va a los toros. Salvo en las grandes plazas y las grandes ferias, el resto están bajo mínimos. Y los ayuntamientos están ahogados. Los que antes celebraban cuatro festejos, ahora hacen dos o tres, y si soltaban ocho toros o vacas, ya se conforman con seis", explica Jesús Pérez Escudero, dueño de la ganadería Pérez Escudero, de Coria. Durante el 2009 se celebraron en los municipios extremeños 653 festejos taurinos de carácter popular y 43 encierros. Respectivamente, son 33 y 10 menos que la temporada anterior.

La ´burbuja´ taurina

"En los pueblos es donde más se ha notado", corrobora Victorino Martín García, hijo de uno de los ganaderos más reputados del mundo (Victorino Martín) y que tiene varias fincas en la región --Moraleja, Casas de Don Gómez, Portezuelo y Garrovillas--. "Este es un espectáculo del pueblo y si la gente apenas tiene medios para lo básico, no se lo puede gastar en un espectáculo de ocio como son los toros", continúa explicando.

José Cutiño es el empresario que dirige las plazas de Badajoz, Olivenza y Zafra. Según explica, "en los ciclos consolidados, como la Feria de Olivenza o la de Badajoz, apenas ha afectado. Pero sí se percibe un descenso importante en la asistencia. De hecho, en Zafra seguramente haya un festejo menos este año". Bajo su punto de vista, la oferta estaba totalmente desmedida: "No hay mercado para las 1.100 corridas que se venían celebrando en España últimamente. Todo esto ahora se va a regular. La oferta se tiene que adecuar a la demanda real". "Algunos ayuntamientos organizaban festejos muy por encima de sus posibilidades, con figuras de primer nivel en plazas de tercera o cuarta categoría, eso era insostenible", apunta Fernando Masedo, gerente de la Escuela de Tauromaquia de Badajoz, que opina que el reajuste puede ser positivo.

Cutiño avisa de que algunas empresas de gestión de plazas van a desaparecer. De momento no es el caso de Ruedo de Barros. Ellos dejan el coso de Almendralejo, debido a las numerosas pérdidas económicas de la temporada pasada y las malas previsiones para la actual, pero seguirán con la de Jerez de los Caballeros.