Muchos de los centros especializados en el tratamiento antitabaco y los médicos de familia que han asistido a cursos de formación en este tema aplican tres recursos que intentan anular de forma simultánea esa adicción: los parches o chicles que contienen nicotina; el antidepresivo bupropión y las terapias psicológicas. El tratamiento puede prolongarse hasta seis meses, si no hay recaídas, más una visita final de supervisión. Si el usuario no ha encendido un cigarrillo durante 12 meses, se le puede considerar abstinente.