Como todos saben, la Junta pretende hacer un gran debate sobre la educación en Extremadura. La idea es realizar un diagnóstico serio del modelo educativo y definir medidas para mejorarlo. Hasta aquí todo me parece muy bien y además necesario para la educación.

Creo que la consejería ha sido valiente y plantea este debate en todos los sectores de los Consejos Escolares, padres, profesores, alumnos, personal no docente y corporación municipal, es decir, los verdaderos protagonistas de la educación. Es un acierto los elementos a debatir: el alumnado de la nueva sociedad, el currículo, la conflictividad, la educación en valores, la participación de madres y padres en el proceso educativo, entre otros.

Por esta razón es triste constatar que este análisis, esta reflexión de lo esencial de la educación, se realice durante un periodo tan corto de tiempo, del 6 de mayo al 6 de junio en los centros. Me da pena que algo tan serio y que debe ser tan riguroso como definir el modelo educativo para el ciudadano del siglo XXI, se haga de manera tan precipitada y en el peor momento del curso.

Es precipitado porque la vida en los centros corre muy deprisa. Si quieres organizar, discutir, consensuar, llegar acuerdos y elaborar un documento-síntesis, es prácticamente imposible en poco más de tres semanas. Es precipitada porque son muchos los elementos a debatir. Para hacerlo bien requiere tiempo, sosiego y muchas reuniones. Pero también es en mal momento porque estamos en los dos últimos meses del curso, por una parte los profesores están inmersos en ayudar a los alumnos en la recta final para conseguir sus metas, las pruebas finales, la evaluación de los aprendizajes, la evaluación de su práctica docente, la memoria, etc. Pero también los alumnos y los padres están pendientes de la recta final del curso.

Creo sinceramente que no es el momento adecuado el final del curso, porque todos estamos cansados, agotados del curso escolar. Es la parte del curso donde baja bastante la curva de rendimiento y la ´predisposición para´; se está pendiente sobre todo de las tareas más acuciantes.

Me gustaría equivocarme, pero me da la sensación que vamos a desaprovechar otra buena ocasión para tratar en profundidad el modelo educativo extremeño, que tan importante y necesario es para el desarrollo de la región. Si esto que vamos a hacer sólo sirve para que salga en los medios y demos sensación de que todos los sectores lo han debatido en profundidad, estaremos de nuevo engañándonos a nosotros mismos y a la sociedad y habremos perdido un tiempo precioso y también dinero en algo que, podría, si se hubiera planificado de otra manera, haber sido un hito dentro de la educación de nuestro país.

Para terminar, espero y deseo que esta reflexión compartida sea, a pesar de todo, de forma lo más abierta, serena, participativa, seria, rigurosa y valiente posible. Esto significaría que la comunidad educativa, que el sistema educativo tiene una ´buena salud´ de participación.