Argentina pretende hacer borrón y cuenta nueva en los mundiales de fútbol después de un doloroso traspiés sufrido hace cuatro años y comenzará hoy una nueva etapa en Alemania 2006 frente a la temible Costa de Marfil del goleador Didier Drogba, jugador del Chelsea.

Los albicelestes, con una plantilla renovada, se han jurado llegar lo más lejos posible en el torneo y su entrenador José Pekerman afirma que pueden estar entre los mejores de la competición, pero el primer objetivo es superar el "grupo de la muerte" en el que también participan Serbia y Montenegro y Holanda.

La eliminación en la primera fase del torneo de Corea y Japón hirió gravemente al fútbol argentino en 2002 y desde entonces la selección ha tenido que redoblar esfuerzos para recuperar confianza y adhesiones, primero con Marcelo Bielsa y desde hace dos años con Pekerman.

Por esa razón los albicelestes tienen dos rivales en el debut: el equipo al que se enfrentarán y el compromiso de soportar sin doblarse ni romperse el peso de la mochila de un reciente fracaso, el peor de su historia.

DIFICIL PRUEBA Los argentinos admiten que el conjunto marfileño es un durísimo rival, que el partido será cerrado, posiblemente con más lucha que juego, y que para aspirar a una victoria deben adueñarse del balón, soportar la fortaleza física de los africanos y jugar por abajo, con velocidad, pausa, pases cortos y el máximo aprovechamiento de las ocasiones favorables.

Hernán Crespo y Javier Saviola serán los puntas; Juan Román Riquelme el creativo; Javier Mascherano y Esteban Cambiasso el soporte en el centro del campo y Maxi Rodríguez el segundo abastecedor de juego.

Si los caminos a la portería de Costa de Marfil no se abren, Pekerman tiene como opciones a Carlos Tévez y Lionel Messi, dos talentosos jugadores.

"Con cinco o seis puntos nos clasificamos y hay que sacarlos de donde sea", afirmó el capitán Juan Pablo Sorín, mientras que Riquelme sentenció que "hay que ganar de cualquier manera".

El técnico francés Henri Michel, que ha evitado dar indicios sobre la alineación, afirmó que Costa de Marfil no es "drogbadependiente".