La homilía pronunciada ayer por el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, estuvo marcada por su sentido espiritual y las escasas referencias a la actualidad social y política. Cañizares tan solo dejó un pequeño apunte en este sentido. Fue al final de su intervención, cuando pidió a los asistentes que luchen por los derechos inherentes al ser humano y les instó a "recharzar cualquier tipo de enseñanza que sea contraria al hombre", una mención educativa pronunciada justo unos días antes de que comience a impartirse la nueva asignatura de Educación por la Ciudadanía, una materia contra la que se ha mostrado crítico en las últimas semanas.