Al principio sólo hay un solar. Eso y una idea que a todos enciende porque montar una televisión, así, con dinero público, salpica al político de turno pero también al último espectador, todos con derecho a voto, a impuesto y por tanto, a dar su opinión sobre cómo se deben hacer las cosas. En este ambiente saltarán a la pantalla en el 2006 cuatro nuevos canales autonómicos, en Extremadura, Asturias, Murcia y Aragón.

Estas televisiones que están por nacer vendrán a un medio de dura competencia, donde los rivales no dejan de multiplicarse. Si hace mes y medio surgió Cuatro, en unos meses empezará a emitir La Sexta. Más competidores, la presión de los contribuyentes, cambios tecnológicos; crear un canal hoy es cosa de valientes. EL PERIODICO ha contactado con los nuevos canales para saber cómo se las arreglan y cómo se monta, a golpe de presupuesto, una tele de un solar.

Todo empieza en un pleno regional, donde unos empujan para sacar el proyecto y otros lo critican. Ahí surge la primera sorpresa: en todas las comunidades en las que el Partido Popular está en la oposición, sus cabeza de serie reprueban la idea de la tele autonómica amparándose en que ese dinero estaría mejor invertido en sanidad. Es un argumento que se ha oído de boca de populares tanto en los parlamentos de Extremadura, Asturias, así como en el de Aragón.

Asignación económica

Pero es que una vez aprobado el proyecto, se debe determinar cuánto dinero se le da a la criatura, una decisión en la que unos proyectos parecen salir mejor parados que otros. El siguiente paso es elegir al cuadro directivo que convertirá ese dinero en un canal emitible, y lo primero que hace ese equipo es decidir su modelo de gestión. Ahí todas las teles nuevas parten con una ventaja: la experiencia de RTVE. "En este momento es muy fácil ver cuáles han sido los errores de TVE", explica Jesús López Cabeza, director general de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión. Para no caer en la tentación de RTVE, cuyo agujero financiero es equiparable al gasto sanitario español, se está por un lado poniendo en estos nuevos canales menos dinero del que gastan sus homólogos autonómicos, y por el otro lado, se busca que sean productoras privadas las que hagan parte del trabajo. En esto, como en todo, hay varios grados.

El modelo más colaboracionista con la empresa privada es el murciano. Según explica Diego Carvajal, secretario general de este ente, en Murcia el objetivo es tener a directivos para los programas y luego editores para los informativos, todos ellos controlando lo que hacen las productoras privadas. "De esta manera queremos mantener el control y contener los costes", asegura Carvajal, cuyo presupuesto suma cinco veces el extremeño.

No es el único caso. La televisión balear, por ejemplo, paradigma en el sector de la cesión de tareas a la empresa privada, llega con 60 millones de presupuesto a llevarse un 2,21% del presupuesto de su autonomía.

Un caso intermedio es el del ente público aragonés. Allí, López Cabeza, gestor antes que director, argumenta que "si estudias otros sectores económicos, te das cuenta de que hay que centrarse en aquello en lo que eres bueno y aportas valor, y dejar lo demás a otra industria". De esta forma Cabeza espera contener el gasto, aunque reconoce que dividir la elaboración de informativos y programas en distintos centros "nos va a plantear problemas de coordinación".

Programación

Con el dinero ingresado y el equipo a medio perfilar, llega el momento de decidir qué van a ver los telespectadores, y ahí todos los directivos coinciden en proferir la misma respuesta: "La nuestra va a ser una televisión diferente". De todas formas, sí que aparecen algunas coincidencias en los nuevos modos de hacer televisión. Extremadura y Asturias, que cuentan con un dinero más ajustado, ya anuncian que no podrán invertir mucho en cine de estreno ni grandes partidos de fútbol, algo que tratarán de suplir con originalidad. ¿Cuándo se estrenará cada proyecto? En Murcia y Asturias dicen que estarán listos para la primavera. Extremadura prefiere no forzar y se marca el mes de octubre. Y Aragón, por su parte, aprende de la experiencia. "Uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus promesas", dice López Cabeza.

Estos cuatro canales ingresarán en un ejército de teles públicas que hacen que en España se vaya a gastar 1.627 millones en mantener a las autonómicas y 1.535 en sostener a la Radio Televisión Española, cifras todas ellas que ya han llevado a sabios como Fernando González Urbaneja a diagnosticar que el nuestro "es el país europeo que más dinero público destina a la TV".