Antonio Felipe Gómez, en representación de la Delegación en Extremadura de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, manifestó que la Medalla de Extremadura suaviza "años de silencio y olvido, de dolor, impotencia, abandono y soledades" y dijo que la situación actual no es como "la de hace 30 años", pero que "hay flecos que como latigazos golpean las almas de las víctimas del terrorismo y aún hay casos sangrantes que necesitan ayuda, física y psicológica, y la administración se sigue mostrando cicatera con aquellos que lo dieron todo; mil asesinados por la barbarie terrorista, de los que 22 son niños, 3.000 familias afectadas y 16 asesinados extremeños".