La hibridación entre autónomos y trabajadores asalariados en términos de subsidio de desempleo está resultando más complicada de lo que se preveía inicialmente y se ha cerrado sin consenso a la espera de la negociación en el Congreso.

El Gobierno se decanta por una cotización reducida, que llegará al 2,5% para atraer afiliados a pesar de que el sistema ofrece menos tiempo de prestación. Aunque ese punto se mejore en el Congreso, los autónomos seguirán cobrando alrededor de un 14% menos menos que los asalariados debido que que pagan menos a la Seguridad Social.

Los autónomos que hayan cotizado los 12 meses obligatorios para tener derecho a la nueva prestación, percibirán una media de 702 euros si su negocio se va a pique. En cambio, los asalariados cobran un promedio de 820 euros mensuales, 118 euros más, según los últimos datos del Inem correspondientes a agosto pasado. Sobre el papel no hay discriminación en este aspecto, puesto que en ambos casos se abona el 70% de la base de cotización. Lo que ocurre es que los autónomos tienen declarado a la Seguridad Social 993 euros al mes como referencia para la cotización, cantidad inferior a la de los empleados por cuenta ajena.

SE QUEDA CORTA Las tres organizaciones de autónomos con mayor implantación en Extremadura --UPTA, ATA y OPA-- coinciden en que la propuesta del Gobierno para poner en marcha una prestación por cese de actividad que ampare a este colectivo se ha quedado corta. El compromiso para regular este sistema de protección fue uno de los principales logros contenidos en el Estatuto del Trabajo Autónomo, que entró en vigor hace dos años, pero ahora estas asociaciones consideran que los requisitos que se quieren exigir para acogerse a ella son excesivos y que los periodos de percepción son demasiado cortos. Todas ellas estarían dispuestas, incluso, a que aumentase el importe previsto para la cotización si eso trae consigo mayores coberturas.

Donde no hay coincidencia entre las diferentes organizaciones de autónomos extremeñas es en la postura que tomarán si, tal como se prevé, se pretende que la nueva ley salga adelante sin introducir muchos cambios sobre el articulado actual de la propuesta. Mientras que desde ATA se muestra un rechazo frontal a la proposición del Gobierno, tanto UPTA como OPA la ven como un punto de partida admisible sobre el que ir introduciendo mejoras paulatinamente.

"Esto no cubre para nada las expectativas que los autónomos teníamos desde hace mucho tiempo. Las diferencias entre lo que se esperaba y lo que se ha articulado son abismales", afirma la presidenta de ATA Extremadura, Candelaria Carrera. Esta organización tiene claro que no dará su visto bueno a la nueva ley si no varía sustancialmente.

Por su parte, el presidente de UPTA Extremadura, Luis Durán, indica que "nuestra posición respecto a la propuesta es positiva. Partimos de no tener ningún tipo de cobertura a tenerla. De cero a algo. Es evidente que no estamos conformes con algunos de sus contenidos, pero mantendremos las líneas de negociación abiertas".

En parecidos términos se manifiesta el presidente de OPA Extremadura, Fernando Segador: "Sí damos nuestro apoyo, pero con condiciones. Ya hemos estado en el Congreso y hemos hecho nuestras propuestas y alegaciones", apunta.

LOS REQUISITOS Uno de los aspectos más criticados en el borrador de la futura normativa son las condiciones que se establecen para percibir la prestación: o bien unas pérdidas superiores al 40% de los ingresos durante un año, o mayores del 30% durante dos; unas reclamaciones judiciales por deudas de al menos la mitad de los ingresos; o que la declaración judicial de concurso impida continuar con la actividad. "¿Qué negocio puede subsistir dos años con un 30% de pérdidas?. Es excesivo", dice Segador, de OPA, para quien el listón adecuado estaría en un solo ejercicio con ese nivel de pérdidas.

Otro de los puntos que Segador cree que son susceptibles de mejora es que la prestación se haya fijado en el 70% de la base reguladora, ya que "entre el 85 y el 90% de los autónomos cotizan la base mínima, unos 800 euros", lo que supondría percibir apenas 560. En esta misma línea, para Durán "o se aumenta el porcentaje de la prestación del 70 al 75% o se baja la cotización del 1,5 al 1%. Es algo financieramente viable".

Por otro lado, de la protección por cese de actividad solo se podrán beneficiar los autónomos que tengan la cobertura por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Según cálculos de ATA, esto puede hacer que, dependiendo del sector, se tenga que abonar hasta el 9,5% de la base imponible entre ambas coberturas, seis veces más de lo que paga un asalariado en cuotas para el desempleo (1,5%). Además, la contratación de ambas protecciones se realizará a través de las mutuas, que serán el Inem de este sistema. "Y si la mutua te dice que no te concede la prestación, no te queda otra que irte al juzgado", lamenta Candelaria Carrera.

Pero las diferencias entre este paro de los autónomos y la prestación de los asalariados no acaban aquí. Mientras que estos últimos cobran un mínimo de cuatro meses y un máximo de 24, los autónomos recibirán dinero, en el peor de los casos, dos meses, y en el mejor, seis. Para lo primero habría que cotizar de 12 a 17 meses; para lo segundo, tres años o más.

El primer autónomo en recibir la prestación lo hará en 2011. "A saber cuántos negocios habrán cerrado para entonces", concluye Carrera.