A Ángela no le dio tiempo ayer a hacer las camas. Sobre las ocho de la mañana, escuchó desde su casa, en plena plaza Mayor de Valverde de la Vera, un bando municipal que advertía a los vecinos de que «no nos acercáramos al charco ni a los arroyos por una avería». No le dio mayor importancia, hasta que comenzó a escuchar «jaleo en la calle» y un «ruido enorme». Entonces no sabía que era el agua de la balsa de abastecimiento del pueblo, que se había roto y se vaciaba a toda velocidad inundando a su paso algunas viviendas, llevándose por delante coches, ramas, piedras, vallas y todo lo que encontraba.

Así, con este sobresalto, despertó ayer este pueblo del norte extremeño, de apenas 500 habitantes. Nada hacía imaginar a quien circulara por la carretera de la comarca de La Vera, las imágenes de lodo, agua y destrozos que sorprendían nada más acceder al pueblo.

Sola y con muletas

Imposible continuar hacia Madrigal de la Vera. Un tramo de esta carretera quedó cortado al haberlo atravesado el agua y haber dejado sobre el asfalto todo lo que llevaba arrastrando. Fue la zona más dañada del pueblo. La zona donde cuatro vecinos tuvieron que ser rescatados al entrar el agua en sus viviendas. A Pepa, de 85 años, la rescataron los bomberos. Una vecina y familiar contaba ayer el miedo que pasaron: «Mi prima vive sola y necesita muletas. Una vecina la subió a la planta de arriba porque la de abajo se estaba inundando, pero nosotros no podíamos atravesar la carretera porque, si pasamos, nos lleva el agua, era temeroso. Todos los árboles rotos, la pared, el jardín. Una vecina y yo nos hemos subido por las huertas porque, hasta que no sacaran a nuestros vecinos, no nos movíamos». Pepa se mareó tras ser rescatada y finalmente se la llevó su sobrina a un pueblo cercano. Según los bomberos, su vivienda ha quedado inhabitable.

Más suerte han tenido Rocío, maestra del pueblo ya jubilada, su marido y su hija. Vivieron en su casa la «avalancha» de agua, que arrastró su coche y su motocicleta y anegó la planta baja. «El agua subía y veíamos que no podíamos salir. Necesitábamos que nos rescatasen. Hemos pasado miedo y angustia», hasta que la Guardia Civil les sacó.

Aún así, y pesé a los daños, podrán seguir en la vivienda, que ayer limpiaban con la ayuda de algunos vecinos del pueblo, antiguos alumnos de Rocío.

Porque fueron muchos quienes echaron una mano, llevando café, como Ángela, limpiando o de cualquier otra forma, a los más afectados.

Las calles principales estaban ayer repletas de vecinos de Valverde y pueblos cercanos, de miembros de fuerzas de seguridad... Todos intentando que volviera la normalidad mientras daban gracias por la ausencia de daños personales y porque hubiera pasado a primera hora de la mañana. ¿Por qué? Porque el agua ha arrasado con la recién reformada piscina municipal y «si llega a pasar por la tarde, habría estado llena».