Las empresas extremeñas se han beneficiado de más de 900 expedientes de incentivos regionales desde que se creó esta línea de ayudas hace casi dos décadas. Sin embargo, como ponen de manifiesto desde algunas de ellas, sirven más como apoyo económico que como un estímulo para realizar nuevas inversiones.

"Estamos satisfechos porque siempre que lo hemos solicitado nos lo han concedido", apunta Paco Contador, director de Administración de Corchos de Mérida. Lo hicieron al empezar la actividad y han repetido a la hora de renovar maquinaria o ampliar las instalaciones. "Es una ayuda considerable porque te subvenciona una parte importante del proyecto. Normalmente puede estar en torno al 20% y eso se convierte en mucho dinero, por ejemplo, a la hora de financiar una fábrica de 15 millones de euros", explica desde San Vicente de Alcántara.

Sin embargo, tiene claro que a pesar de hablar de grandes magnitudes de dinero, "seguramente no haya ningún empresario que condicione la continuidad del proyecto a la aprobación o no de esa ayuda; tal vez en negocios pequeños, pero los medianos y grandes no pueden estar pendientes solo de esto".

Solicitud "por si acaso"

En una línea muy similar se manifiesta Manuel Martínez. Como gerente de la fábrica de elaboración y distribución de conservas Flor de Valdivia (Badajoz), sabe lo que es que rechacen alguna de sus solicitudes. "Lo tramitas por si acaso, pero la decisión ya está tomada y, muchas veces, cuando el Gobierno toma la decisión, tú ya has realizado la inversión. Luego, si el dinero llega, pues mejor", indica.

En su caso, reconoce que se trata de un tipo de ayudas "positivas, sobre todo porque son préstamos con interés bajo y todo dinero adicional siempre viene bien". Sin embargo, también tiene sus críticas al sistema: "Son muy escrupulosos en el tema burocrático. Te exijen tres facturas de distintos distribuidores; si falta una te lo hechan para atrás y con maquinaria tan especializada como la que tenemos es difícil cumplir ese requisito". Ellos afirman que nunca han desechado una inversión o abandonado un proyecto por que les hayan rechazado la solicitud para recibir incentivos regionales.

Isabel Barrio y su empresa, Lusográfica, también se han beneficiado de ellas. "Son muy positivas, sobre todo porque te sirve para financiar cualquier proyecto", comenta. Este tipo de fondos les ha ayudado a instalarse en Olivenza y adquirir la costosa maquinaria que exige el sector de la imprenta y las artes gráficas. "Lo que pasa es que el dinero no llega en el tiempo que esperas y a veces el proceso se complica por temas burocráticos", puntualiza antes de subrayar que "a la hora de poner en marcha una iniciativa empresarial necesitas tener dinero en mano, un capital para comenzar y estas ayudas llegan muy tarde".

En este sentido Isabel, gerente de la empresa, señala que no pueden esperar a la decisión del Gobierno sobre si les conceden o no incentivos regionales para tomar las decisiones. "Las urgencias del mercado te lo impiden, tienes que buscar el progreso de la empresa sin esperar a las ayudas. Luego, si llega algo, bienvenido".