Las labores de limpieza y descontaminación de la planta corren a cargo de GDES. La primera de ellas la desarrolla en las zonas convencionales e incluye «alturas, desengrase, interior de sistemas, trabajos con grupo hidrodinámico [equipo de presión para la limpieza interior de tuberías], pruebas hidroestáticas…», precisa Francisco Ruiz, jefe de obra de esta empresa. En cuanto a la descontaminación, se efectúa en las zonas controladas, y la hacen tanto de los espacios como de los equipos y herramientas (para ellas cuentan con un taller de descontaminación). Además, también realizan «limpiezas en ruta crítica, que son las que afectan a la cabeza del reactor, la cavidad, la brida de la vasija, los generadores de vapor…», explica Ruiz. Estas últimas, puntualiza, son trabajos «bastante complicados y en los que hay que tener mucha precaución».

El personal de GDES (117 empleados en la recarga) contribuye además en las labores de protección radiológica. «Ayudamos a los trabajadores de otras empresas a vestirse y desvestirse para que en ningún momento, por una mala actuación suya, pudieran llegar a contaminarse», aclara. También gestionan la lavandería de vestuario, que estos días pasa de tener « dos o tres» trabajadores a 26.