Las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) se han convertido en un pilar fundamental de la economía extremeña. Los agricultores y ganaderos extremeños recibieron en el 2003 --el último ejercicio con datos disponibles-- 616 millones de euros (102.500 millones de pesetas) por este concepto, el 10% del total de pagos realizados por este concepto en el conjunto de España.

Las ayudas directas a los productores agrarios han registrado una tendencia al alza sin freno desde principios de los años 90 y en los últimos 7 años la cantidad se ha duplicado en la región.

Se trata de un mecanismo puesto en marcha en 1992 en la Unión Europea (UE) para compensar las pérdidas de renta de los productores agrarios ocasionadas por la disminución de los precios de sus productos en el mercado. Para Ramón de Arcos, socio de ABN Consultoría y experto en asuntos agropecuarios, las ayudas han aumentado de forma importante en Extremadura en los últimos años, sobre todo en "vacuno, ovino, aceite de oliva y tomate" y han servido para modernizar el sector agrario.

RECORVERSION "La reconversión del sector hubiese sido más dolorosa sin las ayudas". Este aumento de las ayudas ha sido paralelo a la disminución de la población agraria y del peso del campo en la economía regional.

El debate sobre el futuro de las ayudas agrarias está ahora de relieve al haberse aprobado recientemente una nueva reforma de la PAC, que entrará en vigor el 1 de enero del 2006 y que supone un cambio sustancial en el mecanismo de concesión de los pagos: las ayudas directas proporcionales a la producción, que han permitido ese incremento de los úlitimos años, se sustituyen por una subvención fija desligada de la actividad de la explotación y cuya cuantía se calculará en función de lo percibido por cada agricultores en los años 2001, 2002 y 2003.

CULTIVOS HERBACEOS Extremadura es la cuarta comunidad autónoma que más dinero recibe en fondos agrarios comunitarios, sólo superada por Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha, según los datos que se recogen el libro La Agricultura y la Ganadería Extremeñas en el 2003 , que edita anualmente Caja Badajoz. Tanto en España como en Extremadura el sector que recibe el montante mayor de ayudas es el de los cultivos herbáceos, que en la región aglutina el 20% del total de ayudas de la PAC (véase gráfico). En él se incluye los cereales, tanto de secano (trigo, cebada...) como de regadío (maíz). Los fondos comunitarios para los cultivos herbáceos totalizan casi 127 millones de euros en Extremadura.

Las primas al ganado vacuno de producción cárnicas constituyen el segundo paquete de ayudas de la PAC más importante para Extremadura. Es una región con un censo elevado de reproductoras, más de 300.000, y en menor medida de terneros, ya que se sigue cebando poco y los animales son vendidos fuera muy jóvenes. Después de los herbáceos y las primas al vacuno, el tercer sector al que se destinan más ayudas es el tabaco, con 102 millones de euros que se reparten unos 4.000 productores. Se trata de una actividad muy dependiente de las subvenciones comunitarias, que representan en torno al 85% de los ingresos de los cultivadores.

Con la nueva reforma, esta progresión al alza de las ayudas se corta ya que los agricultores cobrarán como máximo el importe medio de las campañas 2000, 2001 y 2002. Para Ramón de Arcos, el desacoplamiento de las ayudas permite que las producciones no se orienten al cobro de subvenciones "sino a lo que demanda el mercado" y niega que se vaya a "cobrar por no hacer nada", ya que la explotación se va a tener que mantener activa y cumplir una serie de normas de ecocondicionalidad.

DESLEGITIMACION De Arcos admite, no obstante, que los pagos desacoplados pueden hacer aparecer el "fantasma" de que se cobra por no hacer nada, lo que puede suponer una "deslegitimación" de las ayudas. Considera que el desacoplamiento "va a resituar a la gente" en el campo, ya que se producirá un trasiego de los productores de uno a otro sector, lo cual tiene el riesgo de saturar mercados que ahora están bien, como es el caso del porcino ibérico o el tomate de industria.

La opinión de las organizaciones agrarias es contraria a la reforma y al sistema de desacoplamiento. Para José Cruz, de la Unión de Pequeños Agricultores-Unión de Campesinos Extremeños (UPA-UCE), el sistema actual de ayudas es fundamental para el sector pues "representan en torno al 30% de los ingresos totales de una explotación". Al desvincularse los pagos de la producción, considera que se "deslegitiman mucho más las ayudas". En su opinión, se trata de una reforma desequilibrada pues al basarse en la media de las ayudas recibidas en los últimos años se perpetúan las diferencias entre grandes y pequeños perceptores.