Casi 2.000 jóvenes extremeños se han incorporado al campo como profesionales en los últimos cinco años (2001-2005), gracias a la línea de ayudas que tiene establecida la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente. Se trata de la principal palanca con la que cuenta la Administración para rejuvenecer un sector que pierde peso gradualmente en el conjunto del mercado laboral extremeño. Ahora, el 13% de los ocupados extremeños trabajan en la agricultura.

Entre los beneficiarios que se incorporan como titulares o cotitulares de explotación predominan los que se encuentran en la franja de 21 a 30 años, que representan más del 50% del total, según los datos facilitados por la Consejería de Agricultura. "En cuanto a los sectores a los que se incorporan, el 44,5% lo hacen a explotaciones agrícolas y el 55,5% restante a explotaciones ganaderas", explican desde el citado departamento.

AYUDAS DIRECTAS El apoyo público a los jóvenes que quieren incorporarse al campo como empresarios agrarios consiste básicamente en la concesión de hasta 25.000 euros en ayudas directas y la subsidiación de intereses bancarios por un importe máximo similar, a lo que se unen los fondos propios del agricultor. Entre la subvención y la aportación propia, los beneficiarios extremeños realizan una inversión media de unos 60.000 euros (en torno a 10 millones de pesetas). Casi la mitad de este desembolso procede de ayudas de la Administración autonómica.

Con una inversión inferior a 60.000 euros, si se parte de cero, es prácticamente imposible poner en marcha una explotación agrícola teniendo en cuenta el volumen de costes iniciales que el inicio de la actividad implica. "Se trata de una línea de ayudas para un agricultor joven que tenga detrás a un padre con una explotación. Con 5 millones de pesetas de subvención no te da ni para un tractor, que vale 6 o 7 millones", explica José Cruz, dirigente de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-UCE), principal organización agraria de la comunidad autónoma. "Si se empieza de cero, no da. Hay que tener en cuenta que una hectárea vale dos millones de pesetas", añade José Cruz.

CRITICAS DE ASAJA La semana pasada el presidente de la patronal agraria Asaja-Extremadura, Angel García Blanco, denunció que, aunque pudiera parecer paradójico, Extremadura es la comunidad en la que --a su juicio-- es más difícil incorporarse a la actividad agraria, a pesar de ser una región eminentemente agrícola. Asaja se refería a los ejercicios en los que el real decreto 613/2001 --que regula la concesión de las ayudas a la incorporación-- ha permanecido cerrado. Concretamente, en los años 2002, 2004 la línea no se ha abierto y, por tanto, los interesados no han podido pedirlo. El plazo del 2006 se cierra hoy.

La razón principal por la que no se abrió esos años fue por limitaciones presupuestarias. En todo el 2005 y lo que va del 2006 se han incorporado 812 jóvenes, pero hay que tener en cuenta que en el 2004 no se abrió la línea y se acumularon para el 2005 891 expedientes. La Consejería de Agricultura asegura que Extremadura es la comunidad "que más jóvenes incorpora a la actividad agraria porcentualmente de todo el país".

José Cruz, de UPA-UCE, asegura que el funcionamiento de esta línea de ayudas ha mejorado ostensiblemente en los últimos años, pero arrastra el mismo problema de siempre, que son las limitaciones presupuestarias. "Está limitada", dice.

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