José María Aznar acusó ayer al PSOE y a Izquierda Unida (IU) de criminalizar al PP y a sus dirigentes por su apoyo a la guerra contra Irak y acusó a sus líderes, José Luis Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares, de ser unos "irresponsables" por estimular la violencia en las manifestaciones antibelicistas que han encabezado.

La primera comparecencia del presidente ante el Congreso desde el inicio de la guerra concluyó en bronca cuando Aznar acusó a los líderes de la izquierda de haber abierto una espiral que ha concluido en una estrategia de "acoso, injuria y piedra". "Lo que menos les importa es el conflicto de Irak porque lo que quieren es sacar al PP de la pista al precio que sea, al coste que sea y haciendo lo que sea", les espetó.

ATAQUES A ZAPATERO

El jefe del Ejecutivo aprovechó que no tenía límite de tiempo para hablar, y que no había réplicas de la oposición, para atacar con vehemencia a Rodríguez Zapatero y a Llamazares. Manifestó que "han alentado manifestaciones ilegales" y que han llegado a "la criminalización completa" llamando "asesinos" a los diputados del PP. Aludía a una expresión de la diputada de Izquierda Unida Marisa Castro, recogida en el acta del Congreso, que ya había retirado oficialmente al tratarse de una conversación privada.

Aznar apoyó su denuncia en los datos que dio a conocer el secretario general del PP, Javier Arenas, según los cuales, desde el pasado día 11, 120 sedes de este partido han sufrido lanzamiento de huevos y roturas de cristales, al tiempo que decenas de cargos públicos han sido objeto de "acoso verbal y físico" por personas contrarias al apoyo del Gobierno a la guerra.

Arenas enviará hoy a PSOE e IU un informe en el que incluirá los nombres de cargos públicos de ambas formaciones políticas que, según el PP, han participado en las agresiones.

"Ni una sola de las denuncias es cierta", aseguró con rotundidad Llamazares. Y Zapatero destacó que desde el primer día el PSOE ha condenado la violencia.

El líder socialista recordó que José María Aznar se comportó de modo muy diferente en 1993 cuando el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, fue abucheado por un grupo de estudiantes en la Universidad Autónoma de Madrid.

Zapatero criticó el uso político que Aznar hizo de aquel incidente, "sin reproches ni condenas", y citó sus palabras de entonces: "Lo que le ha ocurrido a González es una de las consecuencias de su permanente intento de eludir responsabilidades. No se puede engañar a todo el mundo durante todo el tiempo".

Como Luisa Fernanda Rudi, presidenta del Congreso, les impidió replicar al presidente Aznar durante el debate, Zapatero y Llamazares utilizaron la sesión de control para defenderse. El líder socialista calificó de "inaceptable e intolerable" que el líder de los populares despreciase su oferta de colaboración para acabar con los actos violentos y no agradeciese la solidaridad que le expresó toda la oposición.

A LOS TRIBUNALES

Tras el crispado debate, que los diputados de IU abandonaron indignados --Francisco Frutos hizo un corte de mangas a Aznar--, Felipe Alcaraz anunció que acudirán a los tribunales para defenderse de las "injurias y calumnias" que les lanzó el presidente.