Desde que el 1 de enero del 2002 el euro irrumpió en los bolsillos de los españoles las cosas cada vez están menos claras. Mientras los consumidores perciben que los precios están inmersos en una escalada interminable el Gobierno contraataca con cifras del Instituto Nacional de Estadística y defiende que la inflación del 2002 se ha situado en niveles moderados, en un 3,3% en el caso extremeño. Asociaciones de consumidores y estudios de empresas independientes se empeñan en llevarle la contraria al Ejecutivo de Aznar y el debate sigue en la calle: ¿Cuánto han subido los precios en el 2002? Algún día sabremos la respuesta.

Los extremeños de a pie tienen claro que casi todo resulta bastante más caro ahora que cuando el 2001 agonizaba aunque el Ministerio de Economía se resista a admitirlo. El presidente de la Unión de Consumidores de Extremadura (UCE), Javier Rubio, tiene claro que a lo largo del año pasado "subieron todos los precios, y no sólo por el redondeo". Como ejemplo, pone un producto tan habitual como la caña de cerveza: "Antes costaba en casi todos sitios 125 pesetas y ahora está a un euro, eso es una subida de más del 40% y que no se puede negar". Por eso, defiende que el balance del primer año de la moneda europea "no es muy halagüeño para los consumidores".

CAE EL CONSUMO

En este sentido, explica a EL PERIODICO EXTREMADURA que en estos momentos cualquier extremeño "puede consumir menos productos con el mismo dinero", algo que, según él, ya están notando los propios comerciantes, especialmente los del sector textil. Tanto es así que Rubio afirma que el consumo familiar ha descendido en la región en torno a un 50% y "muchos empresarios aseguran que no parece ni siquiera Navidad".

Sin embargo, el dirigente regional de UCE no culpa únicamente al sector empresarial de estos problemas, ya que opina que gran parte de responsabilidad recae sobre los propios consumidores. En este sentido, destaca que aún hay un 43% de extremeños que sigue pensando en pesetas, lo que provoca, entre otras cosas, "que despreciemos los céntimos y gastemos más dineros sin darnos cuenta, porque sólo controlamos las cifras redondas, como los 10 o los 20 euros". Y es que, recalca, "estamos comprando sin saber si las cosas son caras o baratas", por lo que solicita a los comerciantes que mantengan durante un tiempo el doble etiquetado --en euros y pesetas-- en todos los productos a pesar de que desde el pasado 1 de enero ya no tiene un carácter obligatorio.

Pero si atendemos a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) el aumento de los precios no ha sido para tanto e incluso han bajado en algunos sectores. Así, entre enero y noviembre el IPC creció en la región un 3,3%, siendo especialmente llamativo en el caso de la hostelería (5,8%) y el sector textil (5,7%). Por el contrario, las estadísticas del Gobierno aseguran que desde principios del 2002 han bajado los precios del sector de comunicaciones y de ocio y cultura. Por lo que se refiere a la cesta de la compra , el INE asegurá que es un 3,2% más cara que antes de que el euro aterrizara en nuestras vidas.

DISCREPANCIAS

Por su parte, la firma líder mundial en investigación y márketing AC Nielsen elaboró en su día su propio informe para analizar el impacto del euro en los bolsillos del país durante sus primeros 9 meses.

Los resultados del estudio fueron concluyentes: el gasto en alimentos había crecido un 4,6% a pesar de que los hábitos de consumo no habían variado. Es decir, que los españoles se gastaron un 4,6% más de su dinero en lo mismo de siempre. En el caso de los productos más básicos, como la leche, el pan y las frutas y verduras, los precios habían subido entre un 6,4% y un 8,2%.

El euro ha cumplido ya un año y el baile de las cifras no ha hecho más que empezar.