Batasuna calificó ayer el alto el fuego de ETA de "aportación valiente y comprometida" para construir "un escenario de soluciones". Su dirigente Pernando Barrena apeló a la "responsabilidad" de todas las formaciones políticas y reclamó a los gobiernos español y francés que abran "una nueva etapa política" y faciliten un proceso de diálogo que "respete la palabra de la ciudadanía vasca". Además de exigir el fin de las "agresiones" contra la izquierda aberzale, Barrena destacó como bases sobre las que debería asentarse una mesa de partidos "el reconocimiento de la territorialidad de Euskal Herria y del derecho de autodeterminación".

Con evidentes muestras de satisfacción, los dirigentes batasunos se limitaron a realizar una "valoración de urgencia" en la que no permitieron preguntas.

Los miembros de la formación ilegalizada reclamaron a los ejecutivos español y francés "desactivar todas las medidas represivas y de condicionamiento de la actividad política" porque les corresponde contribuir "a un escenario de soluciones democráticas". También subrayaron que "si hemos llegado a este momento ha sido porque miles de persona han persistido en su lucha".

"ANCLAJES SOLIDOS" La clave para la resolución del conflicto pasa, a juicio de Batasuna, por la constitución de una mesa de partidos con "anclajes sólidos" y que busque de forma "ineludible" acuerdos sobre la territorialidad y el derecho de autodeterminación. El "auténtico destinatario" de la declaración de alto el fuego de ETA es "el pueblo vasco", según el comunicado leído por la formación ilegal.

A mediodía, apenas unos minutos antes de que Radio Euskadi hiciera público el anuncio de ETA, Pernando Barrena estaba compareciendo junto al también dirigente de Batasuna Joseba Permach y el líder del sindicato LAB Rafa Díez Usabiaga. La propia convocatoria y sus declaraciones demostraron que o no estaban al tanto de que se anunciaría el alto el fuego o no quisieron desvelarlo. El caso es que, ajenos, voluntariamente o no, al inminente alto el fuego, Permach e Díez Usabiaga defendían a esa hora la capacidad de interlocución de Arnaldo Otegi aunque siguiera la violencia.

Los dirigentes aberzales reclamaron al Gobierno del PSOE que "desactive" la "bomba de relojería" que supone la Audiencia Nacional para lograr "un verdadero proceso de diálogo y negociación política".