Aunque el crecimiento a nivel nacional ha sido muy reseñable para el cava de Extremadura, no es menos cierto que su principal caballo de batalla sigue siendo el trabajo en las exportaciones. En este sentido, Bélgica es el principal importador del cava regional, según han coincidido los cuatro elaboradores de cava en Almendralejo. Mientras en España hay un consumo más irracional y menos cultura de beber cava, no ocurre lo mismo en países como Bélgica, donde «hay más cultura y un consumo más racional», explican desde Bodegas Vía de la Plata. Evaristo de Vega señala a Bélgica y Estados Unidos como sus principales puntos de exportación. También destaca las exportaciones a China y le ha sorprendido haber introducido el producto en países nuevos como Suiza.

El gigante de López Morenas envía sus referencias de cava prácticamente a todo el mundo, aunque son Francia y Rusia sus mejores clientes.

Para Bodegas Romale, Bélgica es su punto más fuerte, aunque también destina cava a Alemania. Diego Nieto destaca que «nunca pensamos que podíamos llegar a otros países como por ejemplo Japón, donde nuestro cava rosado está llegando muy bien».

También en Bodegas Marcelino Díaz la exportación es esencial, principalmente a países de Centroeuropa, pero también destaca el envío de botellas hasta Inglaterra.

Para todos la exportación supone el elemento más importante para el crecimiento del sector, sobre todo por la cultura de consumir cava que hay en otras zonas del mundo. El espumoso extremeño está ganando terreno al tener un precio competitivo con respecto a otras marcas y una calidad nada envidiable. «Limitarnos es perjudicial porque fuera siempre seguiremos teniendo más demanda», dicen. r.cabezas