Al soldado Daniel Arnelas le esperaba una nueva misión cuando ayer descendió del avión que lo devolvía a casa tras cuatro meses en Líbano: estrenarse como padre. Su novia Sara Regalado lo esperaba con su hijo Borja en brazos. El niño nació hace un mes y su padre solo lo conocía por fotografías. "Encontrarme con mi hijo ha sido una alegría impresionante", decía este militar de Villar del Rey mientras sostenía al pequeño. Daniel reconocía que desde que supo que había llegado al mundo estaba deseando volver a casa. "Está grande y muy lindo", comentaba. "Viene deseando cogerlo, abrazarlo y achucharlo", contaba Sara sin poder reprimir las lágrimas de emoción. Acompañada por los padres de Daniel y otros familiares y amigos, todos recibieron al soldado con una gran pancarta en la que se podía leer Bienvenido, papi .

La emoción y la alegría se apoderaron de los familiares de todos los soldados que ayer regresaron y la plaza de Armas de la base aérea, lugar del reencuentro, se llenó de gritos de alegría, abrazos y besos. Montserrat Cocaño estaba "feliz" por el regreso de su hijo Juan Manuel Vinagre. "El reencuentro ha sido muy emocionante y bonito de verdad", acertaba a decir entre lágrimas y con el rostro cansado por no haber podido dormir en toda la noche. La madre de este soldado de La Codosera reconocía que estos cuatro meses no han sido fáciles lejos de su hijo, sobre todo en fechas tan familiares como la Navidad. El también ha echado de menos a los suyos, pero estaba "contento" por haber participado en la misión. "Todo ha ido muy bien", aseguraba.

También la cabo Mónica Sánchez mostraba su satisfacción por el trabajo que han realizado las tropas extremeñas. "La misión ha sido tranquila, no nos podemos quejar, y venimos con la satisfacción del deber cumplido y orgullosos de servir a España", decía tras el reencuentro con sus familiares. Sus padres, hermanos y amigos la recibieron con una pancarta que decía "Moni, ya estás de vuelta. Aleluya. La pandi te echaba de menos". La cabo tenía claro a qué dedicará los primeros días de permiso tras volver de Líbano: "Estar con la familia y descansar. Después, cuando lleguen todos los compañeros y estemos en casa los 1.100 que nos fuimos, lo celebraremos", afirmaba.

Para Nancy Peralta, la madre del soldado Darwin Auqui, ya era una fiesta volver a abrazar a su hijo. Este soldado es el único de los que regresaron ayer que no pertenecía a la Brigada Extremadura XI, sino al acuartelamiento de Torrejón de Ardoz. Sus padres habían salido de Madrid a la una de la madrugada para recogerlo y, tras meses de "preocupación", Nancy aseguraba que era "la madre más feliz del mundo".