partir de aquellos planteamientos y de la percepción de que Zapatero podía frenar a Maragall, jugó la baza contra la tramitación del Estatuto y perdió. El compromiso de Zapatero de asumir personalmente la negociación del texto le colocó ante su propio fracaso y fue entonces cuando expresó en privado su deseo de dejar el Gobierno y entregó su renuncia a Zapatero.

Bono, que comunicó el jueves por la tarde a sus más estrechos colaboradores su salida de Defensa, aseguró en todo momento que su renuncia se debe a motivos familiares y personales. "Es más importante la vida que la política; esta mañana he contado los cuadros de los ministros de la Guerra y de Defensa que ha habido y soy el 427; no pasa nada porque me vaya, es ley de vida que todo lo que tiene un comienzo tenga un final".

Tras recordar su trayectoria, desmintió que tenga intención de ser candidato a la alcaldía de Madrid ni "a otros inventos que han circulado". Sobre sus discrepancias con Zapatero, atajó: "Hasta que me muera no me busquen para atacar a mi partido ni a mi Gobierno ni a mi presidente".

NO ES UNA MANIOBRA Cierto es que abandona la actividad política y que, por ahora, se dedicará a su familia. "Es mi deseo sincero, no una maniobra; me ha costado mucho tiempo y algunos sacrificios, porque me gusta la política y no la dejaré jamás en lo que a las ideas, los principios y al PSOE se refiere".

En ese contexto explicó que, aunque su anhelo es dejar la actividad política para siempre, el presidente le dijo que trabajará para que su retirada "sólo sea temporal". "Yo soy respetuoso con lo que él dice, pero llevo meses convenciéndole y, hasta el momento, he sido yo el que le ha convencido a él", subrayó. Además de las de los portavoces parlamentarios, recibió las llamadas de Mariano Rajoy y Manuel Fraga.